domingo, 9 de diciembre de 2012

Síndrome de nido: ya estoy en el tercer trimestre de embarazo, y se nota


Pues sí que se nota que ya estoy en el tercer trimestre, sí. No sólo la forma física me delata (estoy tremenda...), es que ya empiezo a notar los cambios físicos y emocionales de la recta final. Aparte de la indigestión y la acidez, y las carreras al baño post-patadita, estoy notando a lo bestia los cambios psicológicos.

Lo primero es el humor. Estoy ciclotímica perdida. Paso de la exaltación a la depresión en segundos, y de ahí a la cólera sólo tengo medio paso. Guardabosques intenta seguir el ritmo pero le cuesta, le cuesta... Y a mí también, aunque al rato me doy cuenta de que ha sido algo hormonal "involuntario", y a veces me siento fatal... También estoy mucho más mimosa (a ratos) o mucho más arisca (los otros ratos). Vamos, la montaña rusa.

Ropita de bebé. ¿Existe algo más mono?
Pero lo que más he notado en estas últimas semanas ha sido el síndrome de nido. Pasé por unas semanas en las que sólo podía pensar en comprar ropita de bebé. Al final tuve que irme de compras...

La siguientes dos semanas, me las he pasado mirando planos de la casa. No sé por qué, con los embarazos me da con pensar en reformas. Con el anterior, acabábamos de terminar nuestra "obra del Escorial" particular, y no lo noté tanto, pero ahora... Sólo puedo pensar en reorganizar el cuarto de las niñas, cómo voy a poner las camitas, que tengo que comprar una cómoda nueva, que si el cuarto que ahora es de invitados va a ser cuarto de juegos... Tampoco ayuda a que a la hora de comer lo único que me apetece ver sea "Tu casa a juicio", y me pase los días viendo remodelar casas.

No soy yo, pero tengo una foto igual
También estoy dándole vueltas a la cabeza a si pintarles esa habitación, con un castillo, y hadas, y dragones, y caballeros... Teniendo en cuenta que en el embarazo anterior a estas alturas me pasé un mes en mono de pintor, subida a una escalera, pintando un mural... pues no me extraña nada.

Pero lo que me hace más gracia es que cuando empieza la fase no me doy cuenta. Tardo como una semana, entre que me da el "pronto" obsesivo-compulsivo, y de repente pienso, "Anda, ya estoy otra vez hormonal perdida". La verdad es que tranquiliza, porque el pronto es fuerte, una piensa que se está volviendo loca...

Y hoy me he puesto a limpiar el horno. Estoy fatal...

Y preveo que pronto me dará por cocinar.

¿Tiene esto sentido? Pues resulta que sí. He estado mirando artículos por internet, y se describen tres fases emocionales en los embarazos. Uno por trimestre, favorecidos por los cambios hormonales. Se supone que ayudan a los nuevos padres a adaptarse a los cambios.

El primer trimestre se caracteriza por un sentimiento de "separación del mundo", de necesidad de concentrarse en una misma. Se cree que fomenta la aceptación del embarazo y de los cambios que están por venir. Las náuseas, y el sueño también ayudan a esta reclusión en una misma. También es una época de ansiedad y pesadillas. Por lo visto las pesadillas ayudan a aceptar ese miedo a lo desconocido, y la ambivalencia entre ¡Qué bien, estoy embarazada! y el ¡Dios mío, pero ¿qué hemos hecho?!.

El segundo trimestre es más descansado. Se supone que es un tiempo de espera, de intermedio, que se centra en pequeños cambios físicos y la aceptación real del embarazo. La tripa empieza a notarse, y se sienten las primeras patadas. La mujer empieza a querer de verdad su cuerpo embarazado, y a cogerle cariño al bebé.

El tercer trimestre tiene otra vez cambios emocionales fuertes. Miedo al parto prematuro, al parto en sí, al bebé que viene... Otra vez aparecen las pesadillas. Los síntomas negativos del último trimestre se supone que nos preparan para aceptar el parto, a separación emocional del bebé. Sirven para pasar del "qué bonito es estar embarazada, me quedaría así siempre", al "por favor, quiero que este bebé salga YA".


¿Y el síndrome de nido? Pues también sirve para todo esto. Preparando la ropa, creas vínculos con ese bebé que todavía no tienes en brazos. Remodelando y redecorando, le haces un hueco en tu casa, en tu vida. Limpiando y fregando, te haces más consciente de los cambios que están por venir, aparte de dejar la casa limpia y la comida preparada para ese postparto en el que te sientes incapaz de hacer nada que no sea mirar al bebé dormir y mamar...

Teniendo en cuenta todo esto, una se siente un poco menos loca, un poquito más normal. Un poquito más animal, también. Y un poquito más madre.

Y ale, que me voy a terminar de limpiar el horno, que se ha quedado a medias. Y no os preocupéis, que si al final pinto el mural, os pondré fotos.

Bibliografía:


Pregnancy and Psychological Preparation for Parenthood, Fred Tudiver, Judy Tudiver
Can Fam Physician. 1982 September; 28: 1564–1568.
PMCID: PMC2306598



Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

12 comentarios:

  1. Es curioso pero es tan real como la vida misma todo lo que cuentas.... ¿Y la energía que entra los días previos al parto?... Yo he estado cumplida de fecha subida a una escalera y mi madre gritándome ¡¡¡qué haceeeessss!! jajaaaa
    ¡Animo y que guardabosques te aguante como mereces!

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    1. Pero ¿qué tienen las escaleras?
      A mí también me pasó. Y mi mejor amiga me llamó, preocupada, de 8 meses, que se había acordado de mí, que estaba subida a la escalera limpiando cortinas y las barras de las cortinas. Que nunca se había fijado, y que estaban sucias. Las hormonas son la leche...

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  2. Uffff.... vaya ánimos me das. ¡¡¡ La que me espera !!! (y sobre todo la que le espera al costillo....).

    Ale, que ya no te queda nada.

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    1. ¡¡Enhorabuena guapa!!
      Pues sí, lo que le espera al costillo, porque una lo pasa mal, pero te "autocomprendes". Ellos... ¡ellos están a verlas venir!

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  3. Pero tan pronto ya tienes el síndrome del nido???

    Yo no puedo hacer nada y eso que le hemos comprado a los peques una litera para ir apilándolos, que en casa sólo tenemos dos habitaciones y una es la mía. Así que compramos la litera y yo la iba a pintar, pero lo ha tenido que hacer mi marido. La semana que viene se la pondremos, porque mi Bichito está deseando.

    De la ropa ni oir a hablar. Lavaré la de mi Bichito llegado el momento. Si doy a luz antes, necesitaré de prematuro, así que mandaré a alguien a comprar. Y si se espera a término mamá podrá encargarse de todo, eso es seguro!!!

    Besitos y ánimo, ya nos dirás qué terminas haciendo.

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    1. Sí, hija, me va por rachas... Yo estoy pensando poner una cama alta en ángulo con la otra más pequeña, y que duerman las dos en el mismo cuarto. Yo tengo dos cuartos, pero son muy pequeños, si pongo una cama normal en cada uno, se quedan sin espacio para moverse.
      Y la ropita le compré unos bodis y unos pijamitas, que Pollito crecía muy despacito, y tengo toda la ropita muy usada, quería que algo tuviera nuevito, por lo menos. Pollito usó ropa de prematuro dos meses, pero nos la prestó una amiga. Tengo que volver a por ella, por si acaso, y si no pues ya irá el padre a por ella.
      Si te da por ahí, nada como mirar el catálogo de ikea por internet. Relaja mucho, aunque al final no compres nada, je,je, pero aplaca la hormona que no veas.

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  4. Pues a pesar del revuelo hormonal, e incluso a pesar de que te hayas puesto a limpiar el horno... a mi me das envidia!!! Disfruta mucho que ya sabes que luego se olvida enseguida el embarazo!

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    1. Uy, ¿y lo limpito que quedó?
      La verdad es que es maravilloso, aunque de vez en cuando ¡abruma!

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  5. Jajajaja! Vaya meneo! Y con lo bien que dibujas fijo que ese castillo quedaría impresionante!!!
    Besos!

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    1. Pues espero que quede bien!
      Tengo ya algunas ideas para ponerle, sacadas de los cuentos de Pollito... ya os contaré, ya.

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  6. Animo Teresa! La verdad que eres de admirar. Cuídate mucho.
    Un beso para ti y la familia (incluida esa tripita).

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