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Tres años |
Hace mucho que no escribo, pero con la tableta es que no me apaño. Decidí intentarlo con el portátil, una que es muy geek se desesperó de lo lento que iba, se puso a formatearlo... y una que es geek pero con el cerebro de embarazada se cargó la partición /home y con ella todo los archivos personales. (Inciso, soy tan geek que tengo linux en todos mis ordenadores, una cosa maravillosa que tiene es que puedes cargarte o actualizar todo el sistema operativo sin tener que proteger tus archivos, que están en una partición especial que no se ve afectada cuando actualizas. Claro, eso si no tienes cerebro de embarazada y le dices al programa de actualización que te meta el sistema operativo nuevo justo en esa partición, que es lo que hice yo...). En fin, que ahora tengo el portátil limpito, actualizado, y totalmente vacío. Menos mal que la mayoría de los archivos los tengo "repes" y sólo he perdido un archivo excel con las cuentas de empresa (que puedo recuperar, pero tendré que volver a hacer las cuentas anuales... uffff).
Después de este inciso tan raro, a lo que íbamos. Lo primero lo mío, que para eso es mi blog. Sigo igual, bueno, seguimos, la peque y yo juntitas. Mis contracciones siguen igual (a la que me muevo) pero ya estamos en la semana 35, así que ya no habría muchos problemas si me pusiera de parto. Pollito nació con 35+4 (35 semanas y 4 días, vamos) y todo fue bien, así que ya me despreocupo. Me ha dicho la gine que todo está perfecto, y que a partir de la 37 (si llegamos) ya me permitirían empezar a moverme. Si llegamos... he mandado a mi madre a comprar ropa de prematuro, por si acaso. Que todo el mundo dice que no se usa, pero con Pollito la usamos más de un mes, y con un lavado diario, te quedan los modelitos para hacer trapos.
Y los tres años... es que ¡¡Pollito cumplió tres años!!
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Vestida de fiesta |
Madre desnaturalizada que es una, no os lo he contado, y eso que hace ya casi un mes de su cumpleaños... pero es que hemos tenido mucho lío, mucho, y muuuuchas fiestas.
Hago recuento de fiestas:
3 fiestas de cumpleaños: sí, tres.
- Una con sus primas (que las dos cumplen por esas fechas), con
tarta de santiago.
- Una con mis padres (mi padre también cumple esa semana), con
tarta de manzana de mi madre.
- Otra con sus amigos. Y nosotros que pensábamos que todavía era muy pequeña para fiesta de cumpleaños amiguil... pues llevaba un mes haciendo lista de invitados y de las cosas que quería de regalo, y de los juegos que iban a jugar. Eso nos pasa por presentarle a niños mayores, que luego la invitan a sus cumpleaños, y claro, pues ella también quiere una fiesta con globos, y tarta rosa de Peppa Pig... Una, que es madre desnaturalizada pero no tanto, se marcó una
tarta redvelvet, sin gluten, sin lácteos, y con fondant de nubes, rosa y con Peppa Pig. Prometo poner la receta un día de éstos. La piñata puso la puntilla al asunto, y nos lo pasamos fenomenal, aunque me sigue alucinando como conseguimos meter a 9 niños con sus respectivos padres en mi salón. Menos mal que con 3-4 años, por lo menos los niños todavía abultan poco. Con el jardín tan bonito que tenemos ¿no me podría haber nacido alguna en verano?
4 celebraciones navideñas:
- Nochebuena: con mi familia, éramos unos 20. Conseguimos que se durmiera a eso de las 12, después de zamparse ella solita media bandeja de ibéricos (no sabe na).
- Navidad: con la familia de Guardabosques, con sus primas y su primo. Y los regalos de Papá Noel... se lo pasó pipa.
- Fin de año: con mi familia de nuevo, otra vez unos 20. No hubo manera de dormirla esta vez, se volvió a zampar media bandeja de ibéricos, y se tomó las uvas como una más. Cuando llegamos a casa casi a las 2 de la mañana, y después de más de media hora de coche, seguía despierta. Menuda adolescencia nos espera...
- Reyes: con mis padres y mi hermana, cargados de regalos que parecían los pajes de la cabalgata de Reyes.
Y así, una tras otra. Y luego la gine me riñe de que engordo ¿no voy a engordar, a banquete por semana -mínimo- y en reposo absoluto? Y eso que me he cortado de comer...
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Uno de sus regalos prefe: las pegatinas del calendario de Winnie de Pooh. |
De los regalos ni hablamos, que tenemos a la niña sepultada en tanto trasto. Y eso que los Reyes no encontraron la escopeta-rosa-para-matar-a-los-lobos-malos... pero sí la cocinita -rosa, claro-, los libros, los disfraces, las pinturas, la guitarra eléctrica y el tambor, el bebé, los cacharritos y la comida para la cocina, las construcciones, la ropita nueva, la plastilina... menos mal que hay crisis, oye.
Y echo la vista atrás, y pienso "3 años, ya". Ha pasado de ser mi mini-bebé a una niña chiquita pero dicharachera, amante de la fiesta (con mis 20 familiares, la mitad casi desconocidos, y no paró de hablar y de hacer gracias en toda la cena...), inquieta y activa como ella sola. Si el año pasado no quería ir a la guarde, porque los niños le daban miedo, ahora no se separa de sus amigos ni bajo el agua (lleva un mes pidiendo que la apuntemos a la piscina con el resto, pero claro, ahora no podemos por puros problemas logísticos).
Para muestra un botón, estas navidades Guardabosques le ha enseñado a montar en bici de "niña mayor", con sus pedales y sin ruedines. Tenemos al barrio flipando, no os podéis imaginar lo chocante que es ver a esa pulga (87 cm y 11kg) montando en bici como si tal cosa... Yo me salté el reposo cinco minutos para verlo, porque si no no me lo creía.
Hasta en el sueño hemos avanzado. Ha sido cumplir los tres años y ¡¡¡¡Dormir!!! ¡¡¡Por fín!!!
Vale que le cuesta un poco la hora de irse a la cama, todos los días se levanta un par de veces, pide más mimos, más cuentos... vamos, lo normal. Pero ha pasado de despertarse dos y tres veces a ¡¡una o ninguna!! (ley de Murphy, ahora yo me despierto con contracción + ganas de hacer pis cada dos horas). Parece que algo en su cerebro ha hecho "click". Pensábamos que era que durante las vacaciones no ha echado siesta, y que era por eso, pero ahora en el cole sí que la duerme, y sigue durmiendo igual (bueno, se acuesta un poquito más tarde).
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Para irse a dormir, después de jugar con las pinturas nuevas |
Echo la vista atrás, y pienso en cómo decidimos criarla, a priori, lo que hicimos una vez estuvo en casa, los años que llevamos y los resultados obtenidos... y me alegro. Me alegro de habernos puestos firmes con la lactancia, con el colecho, con los mimos, el no obligarla a nada, no forzarla... creo que nos está saliendo bien. Ahora estamos empezando a marcar límites y rutinas, para poder organizarnos la vida mejor, pero siempre dejándola cierta libertad de decisión.
Con lo único que nos peleamos es con la comida. Yo tiendo a dejarla comer lo que quiera. De lo que hay, que no estamos para andar haciendo comidas a capricho. Pero yo cocino un plato para todos, y si quiere se lo come, y si no, pues no come. Y santas pascuas. Mi madre se pasó toda mi infancia intentando darnos de comer a mi hermana y a mí. Lo probó todo. Sufrimos las tres lo que no está escrito. Y para nada. No creo que yo me comiera ni un gramo más de lo que yo quería comer. Y hubo temporadas en las que se me marcaban todas las costillas y los huesos del cuerpo, para disgusto de mi madre, y recomienzo de la procesión de consultas médicas. Pero claro, lo mío era celiaquía, y por mucho que mi madre se empeñara en embucharme, no habría conseguido que cogiera más peso (es más, sospecho que habría sido peor). Pero claro, en esa época si no tenías diarrea no eras celíaco...
Total, que si mi niña no crece, o está demasiado delgada, o se queja de dolor de tripa tras las comidas, pues la seguiré llevando al médico, pero yo no la fuerzo a comer. Que si tras años de empecinamiento, en la adolescencia yo medía 1.50 y pesaba 40kg, no fue porque mi madre no lo intentara, es porque era imposible.
Claro, que Guardabosques lo lleva peor. Que es ingeniero, y si pudiera mediría las calorías de cada plato, y los gramos. Y la pesa y mide una vez al mes, y se desespera. A él nunca le tuvieron que obligar a comer, en su familia no había malos comedores. Así que no lo entiende. Y Pollito y él se pelean, y mucho. Yo creo que como en el cole come un montón, pues en casa compensa. Pero claro, seguimos en percentil 3, y él se desespera. Yo, que me pasé en el percentil -3 toda la vida pues... no me parece para tanto. Mientras la niña no dé positivo a las antitransglutaminasas, o nos digan que le falta hormona de crecimiento, pues será que es bajita y ya está.
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¿Princesa, o hada de los dientes? |
Que de casta le viene al galgo, y si no puede ser policía de mayor (porque ahora mismo quiere ser policía, médico de personas -de animales no, lo tiene clarísimo- y hada de los dientes, toma pluriempleo), pues todavía le quedan las dos otras opciones, que la profesión de médico siempre tendrá futuro, y del hada de los dientes pasamos a la odontología en un plis. Y para ninguna de esas cosas hace falta ser muy alto.
En fin, acabo ya, que después de 25 días de reposo, me aburro y desvarío. Menudo post inconexo me ha salido.
Como mi vida, vamos.
Teresa Marías
www.psicologiaveterinaria.es