lunes, 30 de enero de 2012

Tandoori Station

Tandoori Station, restaurante indio. c/ José Ortega y Gasset 91. Madrid

El otro día comimos en Tandoori Station, un restaurante indio de Madrid. Antes de la celíaquía me encantaba la comida india, y el otro día nos invitaron a volver. Les mandé un mail para comentarles el temita "sin gluten" y me contestaron rápida y amablemente. Y viendo que podía comer un montonazo de cosas, para allá que nos fuimos al día siguiente.

El sitio es precioso, además lo acaban de ampliar, y les ha quedado muy bien. La decoración es chocante para ser un restaurante indio (que suelen estar llenos de dorados), porque se basa en una estación de metro del metro de Londres. Casi todo es negro, la vajilla es metálica... Parece frío, pero no, es muy agradable.

Por la ventana se ve la cocina, me encanta
Aunque con algunos de los camareros es difícil entenderse (son indios de verdad), los encargados son encantadores, te explican lo que quieras, se preocupan... una maravilla.

Pero al grano ¿Qué podemos comer?

Bueno, de picar traen al principio, mientras pides, papadum con salsas Achar (de yogur y mango verde) y Mango Chutney. El papadum son tortitas de harina de lentejas, muy finitas y crujientes. Son aptas. Y un vicio absoluto, igual que el chutney de mango. Por cierto, me han dicho que se pueden comprar en el Corte Inglés (tengo que ir y mirar). Y si no en Lavapiés, claro.

Los entrantes, en principio podríamos comer Pakora (verduras rebozadas) y Onion Bhaji (cebolla rebozada) porque están hechos con harina de garbanzos. Pero no conseguí enterarme de si lo freían con el resto de entrantes (que sí que tienen harina de trigo) así que es mejor  no probarlos. Eso sí, los gluteneros estarán encantados, con esos dos y con las Paneer, bolitas de patata rellenas de requesón, que están de muerte (lo sé por mis días "sin problemas") (Bueno, y porque al resto de mi familia le encantan). Lo que sí que podemos comer son las Jhingah Til Tikka, gambas con salsa de miel y jengibre. Te comes la salsa a cucharadas, están buenísimas.

Pollo tandoori
De segundo, podemos comer cualquier cosa sacada del horno Tandoori. Tienen varias recetas de pollo y cordero, marinados en especias y yogur. Guardabosques se tomó el Pahari Murgh Tikka, de pollo con especias y menta, y le encantó.

Curries con arroz Basmati con frutos secos
También podemos comer cualquier tipo de curry. Tienen de pollo, de cordero, de pescado o vegetarianos. Todos son aptos, porque no se engordan las salsas con harina. Están ordenados, para mayor comodidad, de "no picantes" a "picantes de morir".

Murgh Makhan Wala
O recomiendo el Murgh Makhan Wala, de pollo con salsa suave, de color naranja intenso y sabor a mantequilla. No pica absolutamente nada. De los curries de cordero, a mí me gustan el Mogolai Gosht, que no pica nada, o el Khara Massala Gosht, con tomate y gengibre, de picor "medio".

Khara Massala Gosht
Todos los curries se acompañan de arroz basmati, aptos todos. A mí me gustan especialmente el Pulau (con especias) o el Kashmiri Pulau, con frutos secos.

Para los gluteneros, los panes naan están buenísimos también, que los prueben.

De postre, hay varios tipos de batido de yogur, Lassis, riquísimos. Sobre todo el de mango.
Y para terminar, no puede faltar un Chai Massala, té negro con especias y leche. Te calienta el alma.

Vamos, que os recomiendo este sitio. Con un poco de cuidado, puedes comer muchísimas cosas, y todo lo que he probado en algún momento (antes o post-celiaquía) ha estado riquísimo.

Y parece mentira, pero siempre hay un montón de niños. Ningún entrante pica, ni los tandoori, y los curries más suaves tampoco. Mi niña se puso de papadum ciega, y luego se tomó un trocito de Sheek Kebab, salchicha de carne picada, que pica un poquito pero le encanta, y arroz. Y todo un Mango Lassi.

En fin, un sitio estupendo.

Está en: José Ortega y Gasset, nº 89 y 91
Metro Manuel Becerra y Lista.

De Martes a Sabado
De 13:00 a 16:00 h.
y de 20:30 a 0:30 h.
Domingo abierto de 12:30 a 16:00
Reservas: 91 401 22 28



Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

jueves, 26 de enero de 2012

El origen de las razas de perros

El Cairn de Hani, pictograma tallado en roca, aprox. 4.000 años AP.
Muestra perros atados que forman parte de una cacería
Siguiendo el tema de la domesticación del perro, nos metemos ahora un poco con la genética. Vamos a fijarnos en las razas de perros más antiguas, en dónde y cómo parece que surgieron.

Según los últimos estudios sobre la diversidad genética del perro (von Holdt et al, 2010) las razas de perros pueden agruparse según su genética, y esta organización sería bastante parecida (bueno, casi igual, con algunas excepciones) a los grupos de razas según los organizan los organismos caninos internacionales. A saber, existiría un grupo de perros "de caza", con separaciones entre los retrievers (cobradores, como los labradores), los perros de rastro, los spaniels, o los galgos. Otro "de trabajo", con separaciones entre los perros de pastor, los de guarda de ganado y mastines y los de guarda y defensa. Por separado estarían los perros de raza "toy", los "falderos", vamos.

Mastín de Anatolia, uno de las razas más antiguas
Algo separadas quedan las razas "antiguas", en las que encontramos a los perros chinos (shi-tzu, chow-chow), los galgos "antiguos" (afgano, saluki), los perros "salvajes" (dingos, perro cantor de Nueva Guinea), los Basenji africanos, los perros de Canaan de Israel, y los  perros nórdicos (Huskys y Malamutes), y los mastines del Anatolia (Ardalan et al., 2001). Según estos estudios, estas son las razas de perro actuales que más se parecen a los lobos. Lo que no podemos saber es si es porque son más antiguas en origen o porque se han cruzado más recientemente con lobos.

Aunque se puede sospechar.

Perro de guerra de Mesopotamia, aprox. año 600 AC
Existen registros de que los perros chinos ya tenían la forma actual hace más de 2.000 años, y los estudios de la genetica del dingo y del perro cantor sitúan su separación hace más de 5.000 años. Además, en esas zonas no hay lobos, por lo que los cruces con éstos son improbables. Lo mismo ocurre con los galgos antiguos y los perros tipo Basenji, pintados en las pirámides egipcias o en los templos persas, hace 4-5.000 años.

 En cambio, en la zona Norte de Euro-Asia, de donde se originan los Huskys y Malamutes sí que hay una población de lobo importante, lo que nos puede hacer pensar en que haya habido hibridación posterior.
Malamutes de Admunsen, en el Polo Sur, 1911
En otros posts iremos viendo qué es lo que sabemos de cada una de éstas razas antiguas, y de cómo surgieron las razas más modernas, que de éstas sí que tenemos información más o menos clara. También estudiaremos a los perros americanos, que tienen tela.

Sirdar of Ghazni, uno de los primeros Galgos Afganos
importados a Inglaterra. 1923.
Cómo fueron surgiendo estas razas antiguas, sólo podemos por ahora elucubrar. Partimos de la idea que comentamos en entradas anteriores, de que los perros se originaron en el Sur de China. Desde allí, siguiendo las migraciones humanas y el comercio, se extenderían rápidamente hacia Medio Oriente y Siberia. De Medio Oriente se repartirían por el Mediterráneo hacia Europa y África, y desde Siberia también hacia Europa. Tanto en China como en Medio Oriente, Europa y Siberia hubo cruces con los lobos locales, lo que añadiría genes nuevos en todos estos lugares.

De ésta mezcla genética tan extensa surgiría la capacidad de variación tan grande que tienen los perros. Seleccionando a los perros por sus capacidades, su tamaño o color, se conseguirían ir diferenciando hacia distintos tipos de perros. Una vez creada una "tendencia" (a ser enorme, como los mastines, o veloz como un galgo...) que gracias a los cruces entre individuos emparentados, o al aislamiento geográfico se habrían "fijado" las características físicas y comportamentales que caracterizan a las distintas razas. Según fueran apareciendo mutaciones "atractivas", los cruces entre perros de diferentes razas irían creando razas nuevas.

Tres tipos de perros distintos, de monumentos egipcios
Así, parece que los egipcios ya tenían tres "razas" de perros, llamados Tesem. Unos perros de caza tipo galgo, otros más parecidos a los que sería el Basenji actual, y otros más de tipo mastín. Los perros se irían separando del "tipo común" según se especializaran en los distintos trabajos, o se eligieran por sus características físicas. Mutaciones puntuales, como la de las patas cortas, o el tamaño enano, se irían incorporando y añadiendo todavía más variabilidad.

Teresa Marías 
www.psicologiaveterinaria.es

Bibliografía:

Ardalan, A., Kluetsch, C. F. C., Zhang, A., Erdogan, M., Uhlén, M., Houshmand, M., Tepeli, C., Ashtiani, S. R. M. & Savolainen, P. 2011. Comprehensive study of mtDNA among Southwest Asian dogs contradicts independent domestication of wolf, but implies dog–wolf hybridization. Ecology and Evolution, 1, 373-385.
Ding, Z.-L., Oskarsson, M., Ardalan, A., Angleby, H., Dahlgren, L.-G., Tepeli, C., Kirkness, E., Savolainen, P. & Zhang, Y.-P. 2011. Origins of domestic dog in Southern East Asia is supported by analysis of Y-chromosome DNA. Heredity,
vonHoldt, B. M., Pollinger, J. P., Lohmueller, K. E., Han, E., Parker, H. G., Quignon, P., Degenhardt, J. D., Boyko, A. R., Earl, D. A., Auton, A., Reynolds, A., Bryc, K., Brisbin, A., Knowles, J. C., Mosher, D. S., Spady, T. C., Elkahloun, A., Geffen, E., Pilot, M., Jedrzejewski, W., Greco, C., Randi, E., Bannasch, D., Wilton, A., Shearman, J., Musiani, M., Cargill, M., Jones, P. G., Qian, Z., Huang, W., Ding, Z.-L., Zhang, Y.-ping, Bustamante, C. D., Ostrander, E. A., Novembre, J. & Wayne, R. K. 2010. Genome-wide SNP and haplotype analyses reveal a rich history underlying dog domestication. Nature, 464, 898-902.


martes, 24 de enero de 2012

¡Tortitas! (sin gluten, claro) (y sin lactosa, por supuesto)

Mirad que pinta
Las tortitas me saben a domingo por la tarde. A mi madre le gustaba hacerlas de merendar, en esas tardes largas de domingo que no sabía qué hacer con nosotras. También las hacía cuando venía algún primo o amigo a jugar a casa, porque sabía que eran éxito seguro (eso y los bollos de perrito caliente rellenos de nocilla a la plancha, manjar de dioses).

De vez en cuando me entra el "mono" de tortitas, y me hago una torre. Llevo ya unos años probando recetas sin gluten, y ésta es de lejos la que más me ha gustado. Quedan esponjosas y gomosas a la vez, con un sabor totalmente glutenero, y muy brillantes.

Lo puedes comprar aquí
La receta la he sacado del libro "Cocina y Salud: Celiaquía", que mi madre me regaló hace un par de años, y que tenía medio olvidado porque recordaba que usaban "harinas raras". El otro día le volví a echar un ojo, y resulta que era ¡¡almidón de yuca!! Claro, ahora en casa tengo como un kilo, y lo uso en un montón de recetas, pero hace un par de años no había ni oído hablar del almidón de yuca. En fin, cada día aprendemos cosas nuevas.

Por cierto, que el libro está fenomenal, tiene recetas muy originales, un poco "inglesas" (que la autora es de allí) pero muchas tienen muy buena pinta. Tengo ganas de probar el pan naan (típico indio) pero primero tengo que descubrir qué es el "crémor tártaro". Alguien debería explicar a los traductores que los ingredientes "chungos" habría que explicarlos algo mejor. ¡Ah! y que las recetas que nunca han llevado harina de ninguna clase, pues como que no tienen gluten, que al final en los libros de recetas "sin gluten" sólo son recetas adaptadas la mitad.

Bueno, la receta de tortitas, que me enrollo

Ingredientes:

175g almidón de yuca
175g harina de arroz
1/2 cucharadita de sal
4 huevos
350ml de leche (sin lactosa)
50g de margarina o mantequilla
50gr azúcar (opcional)

Poner todos los ingredientes en el vaso de la trituradora, o en la termomix.
Batir hasta que la mezcla sea homogénea.
Si puedes, deja reposar una hora (mínimo media hora, para que "engorde").
Vuelve a pasar por la batidora para homogeneizar.

Coger una sartén antiadherente grande (yo uso una paellera) y una espátula bien fina.
Con un cucharón de sopa, coger la cantidad que cabe en el cacillo, verter en la sartén.
Se puede extender la mezcla, con cuidado, haciendo círculos suavemente con el culo del cacillo.
Esperar a que la tortita tenga pinta de "seca" y hayan aparecido agujeritos por toda la superficie.
Separar los bordes con la espátula, separar y dar la vuelta a la tortita, con cuidadito.
Dejar tostar el otro lado, sacar a un plato.

Torre de tortitas. Ñam.
Puedes ir haciendo una torrecilla, o ir repartiendo y que los demás vayan comiéndoselas calentitas.
Si la quieres salada, puedes echar una locha de queso después de darle la vuelta a la tortita, para que se derrita, y luego cerrarla, tipo crêpe (así se las come Guardabosques).

Para tomarla dulce, puedes echarle casi cualquier cosa: mermelada, leche condensada, nocilla, frutas, sirope de arce (mi favorito), compota de manzana, o por supuesto, nata montada y sirope de chocolate.

Con esta receta, salen unas 16 tortitas. Si no te las comes todas, puedes guardarlas para otro día.Yo las envuelvo separaditas en papel film, y las congelo. Luego la caliento un par de minutos en el hornito pequeño, y ¡a desayunar tortitas toda la semana! (eso es lo mejor).

¡Buen provecho!

domingo, 22 de enero de 2012

Mi niña duerme toda la noche del tirón (¡¡por fin!!)


Como ya os contaba en el post anterior, la semana pasada hubo conjunción planetaria, y cuando ya tenía yo una preciosa entrada titulada como ésta, todo falló. Blogger se tragó el post enterito, con fotos y todo. Mi perra se cogió una diarrea y el Pollito empezó a toser. Así que ni entrada, ni dormir del tirón, ni nada de nada. Murphy es un desgraciado.

Pero parece que la tos no era grave, la perra ya está mejor, y yo intentaré reescribir la entrada como pueda.  Que la segunda vez que escribes algo, nunca queda tan bien como la primera.

Pues contaba yo que Pollito ha dado un salto hacia adelante tremendo este mes. De balbucear palabrillas más bien sueltas, ya habla conjugando verbos (a su manera, pero ella lo intenta). Y ya no sólo contesta preguntas, ya cuenta su vida (vale, lo intenta, por lo menos). Y utiliza palabras aprendidas en contextos diferentes a cuando las aprendió. Vamos, que ya no se calla ni debajo del agua.

Su imaginación ha dado otro salto hacia adelante. Hace un mes empezó a ver la tele, y pelis. Ahora se involucra con los personajes, sufre con ellos, se ríe, participa, contesta cuando hacen preguntas. Miedo todavía no tiene, esperemos que siga así. Estamos que no paramos entre "kan malo" (Shere-Khan malo, del Libro de la Selva), "rata nomme" (rata enorme, de "La Dama y el Vagabundo") y "lon malo" (León malo, Scar, del Rey León). No ve las pelis enteras, las va viendo a trocitos, y las partes donde sale "el malo" son las que más le gustan (¿querrá esto decir algo?).

¡Altooo!
Mentalmente, también se ha notado un montón el último mes. Empieza a conocer conceptos: pequeño- grande- enooormeee. AAAltoo - bajo. Igual. Aparte de reconocer todos los colores (que ya lo hacía el mes pasado) ya tiene muchísimo vocabulario general, y ¡sabe contar hasta 10! El otro día se puso a contar bloques de construcción, y me dejó alucinada. Uno de sus juegos favoritos es contar los escalones mientras los sube.
Con Guardabosques ¡qué pequeñita es!
Físicamente, está como una moto. Aunque sigue sin comer mucho (o nada, dependiendo del día) parece que le aprovecha más después de la última tanda de antibiótico. Ha engordado y crecido bastante. Y sigue sin parar. Hoy se ha subido unas diez veces a la escalera de mano del jardín. Hemos contado muchísimos peldaños, arriba y abajo. Yo sólo estaba a su lado por si se caía, y he acabado agotada.  Ella ha seguido, se ha montando en el triciclo (ya pedalea) y luego en la moto (todavía no le llegan los pies al suelo) y luego ha ido a darle la brasa al perro... no me extraña que a la hora de la siesta caiga rendida. Yo también.

Triciclo pa'rriba, triciclo pa'bajo
Y el sueño. Lo último que conté es que estaba durmiendo en su cuarto, "casi" toda la noche del tirón. Se despertaba una vez, como mucho dos. Pero desde que empezaron las navidades, no sabemos por qué, se nos fue a la porra la rutina. Empezó a despertarse dos y tres veces, a llorar, y a pedir cosas. Unido al trasnoche de las fiestas, y que a Guardabosques le pusieron turno de madrugada para cazar furtivos, yo ya no podía más.

Como a los quince días de esta tortura, yendo y viniendo en pijama por el pasillo a las 5 de la mañana, no pude más. Pollito me pidió que le cantara una nana. Así que la cogí en brazos, y muy clarito (lo admito, en un tono bastante alto, también) le expliqué cómo iba a ser la cosa a partir de ahora. "Mira pollito, son las 5 de la mañana, es muy tarde, Mamá está muy cansada. La noche es para dormir. Por la noche no llora, no se come, no se bebe, por la noche no se hace pis, no se hace caca, ¡y no se cantan nanas! Ale, ahora un besito, y a dormir". Funcionó. Creo que la sorprendí, y se quedó frita, de lo alucinada que estaba. Ni siquiera se echó a llorar en ese momento. Creo que entendió que iba en serio.

Hoy ha pedido dormir siesta en el sofá. Primera vez
A la noche siguiente, de mejor humor, se lo explicamos bien. Mamá o papá cuentan un cuento y cantan dos nanas. Dos. Y luego a dormir. Si te despiertas, cierras los ojitos y te vuelves a dormir. Si quieres una nana, tienes a Pocoyó (un Pocoyó musical, como el "gusiluz", que si lo aprietas toca una nana bajito) (lo adora). Y si no lloras en toda la noche, por la mañana Mamá te pintas lo que quieras en las manos.

Ha funcionado. Excepto el día de tos, no se ha vuelto a despertar pidiendo cosas, ni llorando. Y se levanta diciendo "no lloras" con una sonrisa de oreja a oreja, dándome las manos para que se las pinte.
La felicidad debe ser esto.

Y ahora, toco madera, porque el gafe es el gafe, Murphy es Murphy, y como comentaba con una amiga esta mañana (muy pedantemente, lo admito) "Karma is a bitch".


viernes, 20 de enero de 2012

Amor de perro

¿Me quiere mi perro?
Tenía yo una preciosa entrada preparada ayer, sobre lo bien que dormía mi niña. Y lo gafé. Primero Blogger maldito se comió mis deberes, y se tragó la entrada entera. Luego mi perra empezó con diarrea y hemos tenido que sacarla esta noche cuatro veces a la calle. Y la niña se despertó a las 6:30 de la mañana, llorando, y no se ha vuelto a dormir. Así que ya os contaré cómo hemos conseguido que "duerma del tirón" otro día, que hoy no he dormido nada. ;)

Así que os cuento otra cosa que he estado preparando esta semana, más sesuda. Porque, todos nos enternecemos cuando nuestro perro nos mira con carita adorable, nos pone la cabeza en las rodillas... pero ¿es verdad? ¿tienen los perros la capacidad de amar a otros perros? ¿y a los humanos?

¿Me quiere mi perro?

En Etología, llamamos "apego" al afecto, al amor. Y comportamentalmente, ¿qué es el amor?
Pues es esa atracción de larga duración hacia un sujeto en particular, que se manifiesta con unos comportamientos específicos de afecto dirigidos hacia o realizados en presencia de ese sujeto. Además, el individuo intenta mantener proximidad hacia su sujeto de apego durante un periodo de tiempo prolongado, y si se separan, realiza comportamientos para reencontrarse con él. Vamos, que sentimos afecto por sujetos individuales, y lo demostramos intentando permanecer a su lado el mayor tiempo posible, realizando conductas afectivas hacia el sujeto de nuestro amor (mimos, caricias, atención), y comportándonos de una forma que permita el reencuentro lo más rápido posible si nos separamos (llamándole, corriendo hacia él). Además, realizamos conductas de reencuentro (saludo) específicas y más intensas con nuestro sujeto de apego que hacia cualquier otro individuo.

10 Things I Love Tuesday, La Vie Boston
 Que los dueños muestran conductas de afecto hacia sus perros está demostrado, y además sólo nos hace falta preguntar. Pero, los perros ¿sienten de verdad afecto? ¿cómo podemos saberlo?

Existe un test diseñado específicamente para estudiar el apego en los niños, que se conoce como el Test de Ainsworth. Se coloca a un niño, junto a su cuidador principal (madre o padre, vamos) en una habitación desconocida para el niño. Al cabo de un rato, cuando el niño se ha adaptado a la situación, el cuidador se va, dejando al niño solo.  Esto provoca ansiedad en los niños, que se manifiesta como comportamientos de búsqueda de reencuentro. Estudiando estos comportamientos que realiza el niño al irse su madre, si llora, si la busca, si se dirige hacia la puerta, si juega con otra persona menos conocida... se puede determinar el grado de unión que tiene el niño con su cuidador.

En perros se han llevado a cabo estos tests, con resultados comportamentales muy similares a los recogidos en las pruebas con niños. Los perros dejados solos vocalizan, se dirigen hacia la puerta por donde marchó su dueño, buscan una salida, y aumentan su actividad locomotora. Al regreso del dueño, realizan comportamientos de saludo efusivos y buscan el contacto físico. Creo que esta búsqueda de contacto físico al llegar a casa es una de las razones principales por las que los humanos tenemos perros.


Fisiológicamente, la separación del objeto de apego, en los niños, produce una elevación del cortisol en la sangre, y un aumento de ritmo cardíaco (signos físicos de ansiedad). Esto mismo ocurre en los perros.  Tanto es así, que una patología de ansiedad común en niños, como es la Ansiedad por Separación, es también muy común en los perros, sobre todo en animales recogidos en albergues. La Ansiedad por Separación da para un post ella solita, así que no voy a entrar en más detalles hoy.


Los niveles de estrés por encontrarse solo en un lugar poco familiar pueden ser rebajados por la presencia y las caricias de un humano familiar, pero no por un perro familiar (por eso, introducir un perro nuevo para que haga compañía al primero no es siempre una buena idea). Además, las caricias producen efectos relajantes (emisión de betaendorfinas, oxitocina y prolactina, disminución del ritmo cardíaco) tanto en el perro que las recibe como en el humano que las da.

Así que sí, ¡tu perro te quiere!

Artículo basado (más bien libremente) en:

Topál, J., Miklósi, Á., Gácsi, M., Dóka, A., Pongrácz, P., Kubinyi, E., Virányi, Z., Csányi, V., Brockmann, H. J., Roper, T. J., Naguib, M., Wynne-Edwards, K. E., Mitani, J. C. & Leigh, W. S. 2009. Chapter 3 The Dog as a Model for Understanding Human Social Behavior. In: Advances in the Study of Behavior, pp. 71-116. Academic Press. 




sábado, 14 de enero de 2012

Restaurante Persa Teherán


El restaurante Teherán lo descubrieron mis padres hace ya como diez años (lleva abierto 27, por lo visto), y nosotros vamos, ya sea solos, con ellos o con mi suegra, por lo menos una vez al año. Mi suegra va bastante más, porque también le encanta.

Es un restaurante pequeño, familiar, que llevan una familia que vino de Irán huyendo de la revolución y de Jomeini. Todo el personal es encantador, y super atento. Les puedes preguntar cualquier cosa, y te lo investigan, van a la cocina las veces que haga falta... fenomenal. No tienen menú especial para celíacos, pero en realidad la harina sólo la usan para el pan y los postres, los demás platos los podemos comer casi todos (preguntar primero, te atienden encantados).

La comida persa a mí me encanta. Es muy sencilla, y se basa sobre todo en el arroz, tipo basmati, ya sea blanco o condimentado con frutos secos y especias. Tienen como cinco variedades, todos buenísimos. A mí el que más me gusta es el "Arroz dulce con naranja". En principio lo sirven con el "Sirin Polo" o brocheta de pollo, pero te lo ponen con lo que quieras.
Dolmeh, hojas de parra rellenas de arroz al limón
Los entrantes se parecen a los de la cocina griega. Dolmeh (hojas de parra rellenas de arroz) que son mi vicio. Albóndigas persas, rellenas de arroz y con salsita de tomate, que no llevan harinas y que están super ricas. Al Pollito le encantan, y a Guardabosques también. La crema de berenjena está riquísima, pero como yo ya no puedo mojar pan...

Los segundos son brochetas de pollo, cordero o ternera al horno, con acompañamiento de arroz y tomate asado. Creo que los he probado todos, y todos me gustan. Yo suelo pedir el de cordero con el arroz dulce de naranja.
Brocheta de pollo con arroz de pasas
También tienen guisos típicos, como el de berenjena y tomate con carne, sobre arroz blanco, y el de verduras con ralladura de limón. El primero está riquísimo, el segundo es como comer dolmeh a cucharadas.

Los postres no son aptos para celíacos, así que yo me tomo un té. Mi marido y el pollito se hinchan a Zulbia, unos dulces de miel que están buenísimos, y a mi suegra le encantan los baklava (los típicos dulces de hojaldre árabes).
Zulbia, dulce crujiente de miel
El restaurante Teherán está en la calle Ayala 140, de Madrid.
Tlf reservas: 91 401 20 96

jueves, 12 de enero de 2012

Perrito bolso


Este es Titín (según le rebautizó el Pollito nada más llegar). Titín ha vivido con nosotros tres días, para ser evaluado (y en lo posible tratado) antes de volver a su casa. Antes lo hacía bastante, eso de tener perros en residencia, tanto para tratamiento como sólo de "hotel". Ahora que la niña es más grande, me vuelvo a atrever.

Titín es el perrito de la hija de un amigo. Esta chica es modelo y actriz, y decidió que quería un perrito hace unos meses. Su padre le dijo que él no quería perros en casa, que él no tenía tiempo de hacerse cargo de un perrito. Al mes apareció Titín, como regalo de cumpleaños, y se quedó.


Su dueña le adora. Duerme con él, se lo lleva a todas partes si puede... claro, si puede. Porque es modelo, y actriz. Y viaja. Y sale. ¿Y Titín? Se queda encerrado en su habitación. Durante horas,  a veces hasta días. Porque el padre de su dueña no sabe cuándo su hija se va, ni cuándo vuelve. Y él no puede (ni quiere) amoldar sus horarios, su vida, al ritmo de las necesidades del perrito.
Y su dueña tampoco lo hace.

Y Titín nunca sabe cuándo va a volver su dueña a casa. Ni si le va a dar de comer, ni si le va a sacar a pasear. Hace sus necesidades en el cuarto, donde le place. Y llora. Y llora. Y llora. El padre, desesperado, me lo ha traído a casa, a ver si les puedo ayudar.
A los tres.


Titín tiene siete meses, y un gran problema de ansiedad. Sobre todo tiene ansiedad por separación. Una ansiedad que no es suya, es impuesta caprichosamente. Un perro no habla, y no puede saber cuándo va a volver su dueño. Sólo lo sabe por sus hechos. Si todos los días su dueño sale, y vuelve a la misma hora, al cabo de unos días el perro se acostumbra, asimila el horario, y se tranquiliza.
Mi dueño siempre vuelve.

Pero ¿y si no vuelve?

Imagínate recién enamorado, después de pasar tres días de lujo con tu pareja, todo amor y abrazos. Entonces la pareja se va, y te deja encerrado en el piso, con el baño cerrado, la nevera vacía y nada que hacer. Pasan las horas. Y los días. Tienes hambre, ganas de ir al baño. Te sientes solo y abandonado. Después de hacerte pasar por el infierno, vuelve. Te abraza, te besa, no te deja solo ni un momento. Te lleva de marcha a la ciudad, te presenta a todos sus amigos. Vuelve el amor. A la semana te vuelve a dejar encerrado. Y así una y otra vez. Montaña rusa emocional. Hay que darse cuenta de que nuestros perros dependen de nosotros. Son nuestros prisioneros, y nosotros somos sus carceleros. Tenemos la llave de la puerta, de la comida, del afecto. Podemos convertir su vida en un paraíso, pero también en un infierno de inseguridades.
Y así vive Titín.


En mi casa, ha tardado dos días en integrarse al ritmo de la vida. Los primeros días no podía dormir (no dormía si no era en brazos). Antes de quedarse dormido, se muerde un muslo hasta hacerse llorar a sí mismo (una conducta obsesivo compulsiva fruto de la ansiedad). Al segundo día encontró apoyo en Marco, y con él pudo descansar.


Aprendió a estarse quieto, porque no sabía. Durante el día, no podía parar. Corría, lloraba, temblaba, saltaba, se ponía de pie. No sabía relacionarse con la gente si no estaba en brazos.

Le hemos enseñado a jugar en el suelo. Con los perros, con la niña. El pollito le daba de comer y lo paseaba por casa, contenta de por fin tener un perrito de su tamaño (Titín= chiquitín). Hemos empezado con la educación para la limpieza, muy difícil en un perro ya de siete meses, que nunca ha tenido la oportunidad de aprender.

Pero, sobre todo, le enseñamos a quedarse quieto, tranquilo, en su colchón. A relajarse. A dormir.


Así le he devuelto a sus dueños. Bueno, al padre de la dueña, porque la dueña no me quiso ver. Titín pasó la mañana sesteando a nuestros pies. Su dueño no se lo podía creer.

Pobre Titín. Es un fashion victim. Literalmente.

domingo, 8 de enero de 2012

Roscón de Reyes (sin gluten y sin lactosa) a la de una... ¿a la de 4??


Que el roscón de reyes es una de las recetas más dífíciles de hacer, ya lo sabía yo. La versión glutenera es difícil, con que la sin gluten... ¡es un sinvivir!

Eso sí, si queda rico, hmmmm. Queda muy rico. Y de los errores se aprende. Vaya si se aprende. Me ha costado 4 versiones llegar a un roscón mínimamente comestible.

Los dos primeros fueron directamente a la basura, no crecieron nada, y  no había quien les hincara el diente. Eso sí, la pinta era estupenda. ¿Por qué no me crecieron? Dos razones fundamentales (que a toro pasado, resultan obvias). En mi cocina hace frío, y no le dí el suficiente tiempo. Estas dos versiones tenían un amasado tipo pan, dejando como una hora de reposo, ya con la masa hecha rosco, y luego al horno. Bueno, pues resulta que el roscón, para subir de verdad, necesita como mínimo unas tres horitas, en ambiente adecuado. Además, la gracia del roscón es que es un rosco. Y con la masa sin gluten, plastosa y pegajosa... pues es complicado amasar. Así que lo eché encima de harina de arroz, y le dí forma echándole harina de arroz por encima. Pues eso tampoco funciona. La masa toma demasiada harina. Total, que falta de levado, más demasiada harina... Piedra con sabor a roscón. Preciosa, eso sí.
Roscón "de piedra". Mecachis, con lo bonito que había quedado
 La versión 3 fue algo mejor, pero me quedó muy líquida, y sólo subió a lo ancho, y no a lo largo. La saqué de la receta del blog de celiaquines, y me dio muchísima rabia que no subiera. Creo que lo hice todo bien, excepto que en la receta original  usan harina Proceli y Beiker, que a mí personalmente no me suelen gustar, yo en casa tengo la de Manacel. El problema de las recetas sin gluten es que hay que seguirlas totalmente al pie de la letra. Si cambias de marca de harina el resultado puede ser totalmente diferente. Así que a mí se me quedó muy líquida, y se me desparramó. Y no subió como es debido.
De este roscón no tengo ni foto, porque ni siquiera tenía buena pinta. Eso sí, hice un bizcocho de aprovechamiento de chocolate que quedó riquísimo, para mis sobris.


La versión 4 la saqué del blog de Pikerita (Pike, que haría yo sin tí). Vale, no tiene muy buena pinta. Tanto es así, que en la desesperación no le hice ni foto. Y es que me pasó lo mismo que con el primero, que le tendría que haber echado un poco más de harina, porque quedó algo demasiado líquido, y sólo creció en horizontal, y no en vertical. Pero le hincamos el diente ¡y estaba riquísimo! ¡Y superblandito! ¡y eso que estaba frío! Os pongo foto del corte para que lo veáis.


En fin, al final, un éxito. Os animo a pasaros por el blog de Pikerita y copiarle la receta.
Sale.
Creo que con una receta sin gluten, no se puede hacer mayor halago.
No os dejo mi receta, que con el lío de pruebas, he perdido el folio (soy un desastre). En realidad, es igual sólo que la leche es sin lactosa, y la mantequilla es margarina. Y claramente, con su mezcla de harinas queda mejor que con la mía, así que...

De todas formas, volveré a intentar la receta de celiaquines, porque se me ha quedado como espinita clavada, y lo tengo que conseguir, que tiene una pinta estupenda. Y es que en el mundo sin gluten, si no tienes paciencia y perseverancia... ¡no comes!

Yal final... salió.





jueves, 5 de enero de 2012

Jugando a las casitas con los perros


Los perros (y el gato) forman parte de nuestra vida. Siempre están ahí. Muchas tardes incluso parecen un mueble más. El Pollito se ha interesado por ellos desde casi el principio. Los miraba moverse, les intentaba tirar de los pelos (cogiéndole la mano y acariciándolos mientras decíamos "suave, suave" le quitamos la manía). Cuando empezó a andar, los usaba de punto de apoyo, a veces de andador. A Marco lo ha intentado usar un par de veces de caballito, aunque como tiene las caderas mal el pobrecillo, no la dejamos. Como ya he contado antes, Tosca duerme con ella desde que se fue a dormir a su propia habitación (bueno, siempre ha dormido con ella, antes dormíamos todos juntos en el mismo cuarto).

Ahora que el Pollito ha empezado con el juego simbólico, comienza a introducirlos en sus juegos. Para sus conversaciones, los animales son uno más. Les cuenta sus logros, les enseña sus juguetes... Les da los buenos días por la mañana, con sus besos correspondientes.

También hemos intentado introducirla en la rutina de los perros desde el principio. En cuanto empezó a andar, nos ayuda todos los días a darles de comer y de cenar, y ya lo hace casi todo sola. Les manda tumbarse, mamá repite la orden si hace falta (los perros todavía no hablan pollités). Mamá abre el armario de la comida y coge el vaso medidor. Pollito lo rellena con el pienso, y con la ayuda de mamá le deja un poquito a Tosca, y el resto, ya ella solita, va para Marco. Pollito da un pasito atrás, y juntas les decimos "a comer" y los dos se abalanzan. Mientras tanto, Pollito mete el vaso medidor de vuelta al armario, y cierra la puerta. Aplaudimos, y a otra cosa.
Marco y Tosca, esperando educadamente su ración
El otro día alguien se dejó la puerta del armario abierta. Y nos encontramos a Pollito jugando a las casitas. Cogió unos moldes de magalenas de silicona (que son míos, pero ya nunca más), e iba poniéndoles una bolita, se lo ponía delante al perro, y le decía "a comer". Los perros, muy educados, esperaban a la orden para comerse la bolita. Repitieron el proceso hasta terminar el vaso. Ahora es su juego preferido.


El siguiente juego fue igual, pero dándoles la comida de la mano. Las carcajadas cuando Marco o Tosca la chupan para cogerle la bolita son de morir.


Me encanta que pueda jugar así con los perros. La confianza que tienen los tres es increíble. Marco a mí me pilla de los dedos, con la niña sólo saca la lengua. Así no me extraña que la quieran...

Me parece muy importante el involucrar a los niños en el cuidado de los animales. Desde el principio. Darles de comer, pasear con ellos, ayudar a bañarlos o cepillarlos... Todo contribuye a que se consigan unos lazos de afecto y de buena relación que de otra forma no se obtienen. Además, el niño comprende que tener animales conlleva responsabilidades y tareas, y no sólo diversión.
Con las primas, paseando la los perros
Los perros tratados de esta forma introducen rápidamente al niño en su "manada" y lo respetarán como un miembro más al que hay que tratar con afecto. Cuando un niño ha dado de comer al perro a diario, incluso de la mano, no habrá peligro en que el perro se vuelva posesivo, puesto que ha aprendido que el niño da, no quita. Si enseñamos a los niños a respetar los espacios de los perros, sus juguetes, su comida, conseguiremos un hogar tranquilo y feliz.

 Si además involucramos al niño en ejercicios sencillos de obediencia, y en las rutinas diarias, los perros entenderán que el niño es de los que ponen las reglas. De esta forma le respetarán y obedecerán como a un adulto, y no intentarán competir con él, lo que a veces lleva a problemas de agresividad. Prevenir, mucho más divertido que curar. Que se lo digan a Pollito.

06/01/2012: Editado: cambio los vídeos, que no se oían bien, ahora sí.

miércoles, 4 de enero de 2012

Feliz y helado año nuevo


Que haya tenido que esperar al 4 de Enero para felicitar el año, tiene sus razones. Y su delito, vale.
La razón principal: llevamos una semana casi sin dormir. Malditos colmillos, oye, que no le acaban de salir. Ni con "SanDalsy" dormimos, oye.


Así que llevo tres días que cada vez que me siento delante del ordenador me duele la cabeza, sólo del brillo de la pantalla. Así que he tenido tres días en blanco. Ni repasar clientes, ni llevar el blog, ni seguir con la tesis.


A lo más que llego es a leer trozos de la última novela que estoy leyendo, y que os recomiendo si sois tan frikis de la ciencia como yo: Anatema, de Neal Stephenson. Son casi tres mil páginas, mil en cada libro, que está repartido en tres tomos. Locurón. Llevo unas doscientas en quince días, para que os hagáis una idea de mi velocidad de lectura actual. Calculo que la acabaré como propósito de año nuevo del 2013 (si no se acaba el mundo antes, claro).


Así que esta mañana he decidido probar a ver si congelándome las neuronas se me pasa la jaqueca. Ha caído una helada del 15 esta noche, y está todo el jardín con una capa de escarcha. No sé si habrá sido el frío, lo bonito que estaba todo, o el ratito de meditación (otro de mis propósitos de año nuevo, meditar 10 minutos al día, a ver si se me aclara el cerebro). El caso es que me siento con más fuerzas y más ganas.


Os dejo estas fotitos de mi jardín esta mañana. Lástima que no había ni un rayito de sol para animar los cristales de hielo, porque por lo demás estaba precioso. Y crujiente. Pinchad para verlas más grandes, que así de pequeñas pierden bastante.


La próxima entrada, antes de dos días (tercer propósito de año nuevo, tres entradas de blog a la semana). Con fotitos del pollito, y vídeo de perros (cuarto propósito, más arte, ya sean fotos, vídeos o dibujos).


Quinto y último propósito: leer y escribir, leer y escribir, leer y escribir. Que llevo la bibliografía de la tesis algo estancada (como para leer en inglés estoy yo). Y a investigar ¡que es lo mío!

¡Feliz 2012!
¿tenéis también propósitos de año nuevo?