martes, 29 de enero de 2013

37 semanas de embarazo, y aquí seguimos

Durmiendo en brazos. La gripe es lo que tiene
¡37 semanas!!

Me lo dicen el 1 de enero, cuando empecé con las contracciones y no me lo creo ni pero por un minuto. Y el martes pasado me dijeron que estaba comenzando a dilatar, y que ya venía, que ya... pero no.

El viernes tuvimos falsa alarma. Me desperté a las 6:30 de la mañana, con varias contracciones dolorosas muy seguidas, cada cuatro minutos, o así. Ya está, pensé, ya viene. Me levanté como a las 7, me duché... las contracciones se suavizaron, pero seguían siendo cada menos de diez minutos. Decidimos que lo mejor era que Pollito fuera al cole y Guardabosques a trabajar, y si se animaba la cosa, pues mis padres recogerían del cole a la niña, y Guardabosques vendría a casa a por mí.

Según pasaba la mañana, las contracciones no eran más dolorosas, eran como de regla, pero eran cada 4 o 5 minutos. Guardabosques me llamó, y viendo que la cosa parecía ir a más, pues nos fuimos al hospital. Mi gine nos había avisado de que la cosa podía ir rapidito, así que por si acaso... claro, también mi inexperiencia, que mi primer parto no fue progresivo normal, fue rotura de aguas de golpe y porrazo...

Total, llegamos al hospital, y una matrona encantadora me tomó la historia y me puso en los monitores. Guardabosques tuvo que quedarse solito como dos horas, porque en este hospital no dejan entrar al acompañante hasta que no han decidido que sí que estás de parto y te pasan al paritorio. En los monitores, a los cinco minutos me pararon las contracciones. Así de golpe. Así que cuando llegó la ginecóloga casi ni tenía, y eran muy suaves.

Me parece que me tocó la gine más borde de todo el hospital (al salir lo comentaba toda la sala de espera, no fui sólo yo). Lo primero que hizo, preguntarme de muy malos modos que qué hacía allí, si me llevaban en la privada. Que me fuera para Torrelodones... claro, resultó que ella trabaja también allí, en el grupo de mi ginecóloga. Claro, empiezas a entender muchas cosas... Le dije que no quería dar a luz en Torre, que la experiencia anterior no fue del todo buena, y que con mi gine estaba super contenta, pero con los protocolos no. Y encima me dice que sí, que en eso está de acuerdo...

Y entonces empieza a echarme la charla porque el Puerta de Hierro no es mi hospital de referencia, y que en todo caso, tendría que irme a La Paz... ¿Y por qué tengo que darle yo explicaciones a esta mujer? Pues se las dí, que en Madrid tenemos libre elección de hospital, y que el protocolo de éste me gusta más que el de La Paz.

Entonces se me pone pesada en que tengo que hacer el cambio de expediente. Y esta tía ¿pero de qué va? Que me pasé una semana hace ya varios meses enterándome, pregunté en el Puerta de Hierro, en mi médico de cabecera y en La Paz, y todos me dijeron que si era sólo para el parto (el resto de las revisiones pienso seguir haciéndomelas con mi gine) que con llevar la tarjeta de la SSocial que ya me valía. Y que me pongan pegas en recepción (que no me las pusieron) vale, pero ¿la ginecóloga? Qué tía más pesada. Por fin se dignó a mirarme, me dijo que había borrado el cuello del útero al 40%, y que como no estaba en la semana 37, que mejor me volvía al reposo absoluto, a ver si aguantábamos un poquito más.

Mis padres se subieron esa tarde para por si acaso, y se llevaron a Pollito a dormir. El coche de mi padre se rompió a la que bajaban a Madrid. Yo no me puse de parto esa noche, pero Guardabosques y yo nos cogimos un gripazo del demonio. Decidimos que Pollito se quedara otra noche con mis papis, por si acaso, y para si evitábamos contagiarla. El domingo mi padre pidió prestado un coche a una amiga, y se subió a Pollito, que ya estaba tosiendo. Yo no tenía pinta de ir a dar a luz, y no la íbamos a dejar toda la semana en Madrid... además, mis padres trabajan los dos, y el lunes era fiesta para los niños. Y así seguimos. De gripe los tres, y yo sin dar a luz.

Esta mañana mi gine me ha dicho que sigo con el cuello a medio borrar, pero que no avanza. Que puedo empezar a moverme, a ver si se anima a salir. Yo creo que es que nos notó a todos, con mocos, toses espantosas, fiebre y dolores musculares tipo me-ha-atropellado-un-tren-de-mercancías y decidió quedarse dentro unos diítas más, y librarse del tema. Mejor.

¡Seguiremos informando!


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

domingo, 27 de enero de 2013

Mi primer parto

"Esto es un bebé. Estos son su mamá y su papá.
Se quieren mucho, se han ayudado para tener un bebé"
Tanto tiempo tumbada, pensando en dar a luz, y me he dado cuenta de que no os he contado como fue mi primer parto.

Y ¿qué es un blog de maternidad sin la "batallita" del parto?

A mí me encanta leer esas entradas. El parto es un momento increíble, que te cambia la vida. Y puede ser desde un alucine, a un "ni me enteré" hasta uno de los momentos más traumáticos de la vida. Cuando estaba embarazada, me dediqué a leerme todas las entradas de otros blogs de maternidad, para ver qué me podía esperar, y decidir a qué hospital iba a tener a mi niña. Después de mirar bastante, decidí quedarme en el hospital de mi ginecóloga, privado, que casi seguro me iba a atender mi ginecóloga, que tiene unas ideas muy progresistas de lo que debe ser un parto. Pero... con los protocolos nos topamos. Os cuento.

Con el primer embarazo, la verdad es que no fui nada consciente de mi cuerpo. Obviamente notaba las pataditas de Pollito,  pero si tuve alguna contracción ni me enteré. Cuando estaba de cinco meses me entró un ataque de síndrome de nido, y me fui con mi madre de compras, y dejé medio preparada la bolsa para ir al hospital. Y ahí lo dejé. El plan era, que cuando cumpliera las 36 semanas, ese fin de semana dedicarme a hacer la maleta y terminar de hacer las compras. Ese viernes tenía mi primer monitor y la última clase de preparto, así que todo encajaba.

"Hace nueve meses el óvulo de mamá y el esperma de papá se juntaron para hacer un bebé.
Un día mamá le cuenta a papá que el bebé quiere nacer"
Cuando cumplí las 35 semanas, Pollito se encajó. Se dió la vuelta, y yo comencé a notar muchísima presión en la cadera y en el pubis. Se me hincharon los pies a lo bestia, y el dolor lumbar se hizo bastante intenso. Recuerdo haber pensado "y todavía me queda un mes de esto... ufff". Al día siguiente pensé "¿tendré leche?" y sí que tenía. Pero no le dí más vueltas.

Esa noche, jueves, me levanté a las 3 a hacer pis, como llevaba meses haciendo (ahora estoy igual, y con el mismo horario, es curioso). Cuando me levanté del baño me chorreó una pierna. ??? Pero si acabo de hacer pis, no puedo hacerme pis encima... Volví al váter. Claro, no salía nada. Me levanté. Otro chorro por la  pierna. "A ver si es que he roto aguas..."

Claro, todavía me quedaba un mes entero para salir de cuentas, eran las tres de la mañana... totalmente  pez que estaba. Guardabosques se despertó, y me preguntó que si pasaba algo. "Creo que he roto aguas..." Casi le da un infarto... Se despertó de un salto, y allí nos pusimos, a las 3 de la mañana, a preparar la maleta. Me parecía todo super irreal, no tenía contracciones, y sólo de vez en cuando echaba un chorrillo de líquido por la pierna. Yo pensaba que se rompía aguas como en las pelis, así de golpe.

"Unos bebés nacen en casa, otros en la maternidad de un hospital.
La madre se tumba en una camilla y el doctor la ayuda a tener al bebé.
A los padres también les gusta estar presentes cuando nace el bebé"

Nos subimos al coche, y para el hospital. El de Torrelodones, el más cercano, que está a más de media hora. A los diez minutos empecé con contracciones, cada tres minutos. Para cuando estábamos a 5km, el coche se rompió. De repente no pasaba de 70km/h. Joder con Murphy... Llegamos al hospital apurando embrague (menos mal que casi todo el camino es cuesta abajo, y hay vía de servicio en la autopista).

Al llegar a Urgencias, me exploraron, me dijeron que sí que iba a dar a luz, que estaba de dos centímetros. Pollito (según ellos) pesaba 3kg (luego fueron 2,400, pero bueno), y que en principio no tendría que tener problemas. Pero que no había camas, que nos teníamos que ir a Montepríncipe (como a 30km de allí). Joder con Murphy... pero si no tenemos coche...

Entonces nos dieron la opción de quedarnos, y esperar a que por la mañana dieran el alta a alguien. Nos quedamos. Para entonces, las contracciones empezaban a ser mucho más dolorosas. Además del útero, me dolían a lo bestia los riñones, las lumbares y las dos piernas. Supongo que la sacroileítis no es lo mejor para combinar con las contracciones de parto. Así que pedí la epidural. Tardaron diez minutos en ponérmela, y ni me enteré. Y nos dejaron aparcados en prequirófano, porque no tenían otro sitio.

Del resto de la mañana, la verdad es que no me acuerdo de mucho. Dejé de notar las contracciones, y con toda la tensión acumulada, y lo de llevar levantados desde las 3... la verdad es que dormité casi toda la mañana. Al rato nos subieron a una habitación, y seguimos echándonos siestecillas. De vez en cuando venía una matrona, y miraba cuánto había dilatado.

A medio día había dilatado como 6 cm, y me cambiaron la medicación de la epidural. Empecé a notar las contracciones y la presión, aunque nada de dolor. Dos horas después, estaba de 5 cm. Entonces vino una matrona, y me puso oxitocina. No me explicaron nada. Me ayudó a ponerme de lado, en una posición que ayudaba a acelerar la dilatación. Por lo visto no les gusta que estés más de 12 horas de parto desde que rompes aguas, así que por protocolo si parece que vas a estar más tiempo, te ponen la oxitocina. De eso me enteré también más tarde...

"Primero sale la cabeza. El cuerpo de la madre se estira para que pueda salir.
Luego salen los brazos, luego el resto del bebé.
El médico corta el cordón umbilical que ha alimentado al bebé todo este tiempo, porque ya no lo necesita"

A las 4 me empezaron a entrar ganas de empujar, vino la matrona y me llevó a quirófano. Dejaron a Guardabosques fuera, y no le dejaron entrar hasta que Pollito ya estaba coronando. La cama de partos, la típica antigua, tuve que parir tumbada con los pies en los estribos. Por fin apareció mi ginecóloga, me saludó y me ayudó a empujar. Tengo que agradecerle que el trato con ella fue muy cariñoso, y evitó hacerme episiotomía. Cuando llevaba ya varios pujos, y la niña no salía, le pideron a un enfermero que me ayudara con "un codito". Menos mal que es una maniobra que la hacemos también los veterinarios, porque consiste en que alguien se te suba a la tripa, apoye un brazo en la parte superior, y empuje hacia abajo con todo su peso. Cuando te lo hace un tío como de 2 metros, pues impresiona. Guardabosques flipaba.

Por fin la niña salió (haciéndome muchísimo daño, por cierto, me desvió el cóxis), y el (gp***) del pediatra la cogió y se la llevó. Mucho hablar de parto natural y del contacto piel con piel, y no me dejaron ni verle la carita. Me asusté a la bestia. No la había oído llorar, se la llevaron sin más, sin decirme nada. La ginecóloga en ese momento estaba de espaldas, cogiendo algo. Me sentí totalmente aterrorizada. Pegué un chillido que me salió del alma ¿¿¿¿Pero dónde se han llevado a la niña???? ¿¿¿Está bien??? La pobre ginecóloga pegó un salto, y me miró sorprendida. Me explicó que la niña estaba bien, que como era prematura se la llevaban a hacerle el apgar y comprobar que respiraba bien. Joder ¿y no me lo podían haber dicho? Menudo susto.

"Cuando la madre sujeta al bebé en sus brazos, con el padre a su lado, los dos están muy felices.
La madre y el bebé descansan unos días en el hospital. El padre viene a llevarlos a casa.
El bebé mama de la teta de su madre cuando tiene hambre"

Eso sí, a los diez minutos volvió, el muy sosoman me la puso al pecho, super serio, y me dijo que estaba bien. Que estaba al borde del peso para dejarla en la incubadora, pero que diéramos gracias de que la dejaban con nosotros. Y nos subieron a la habitación. Nos dejaron solos unas horas, y luego vino una matrona a ver cómo nos iba, a ver si la niña se había enganchado bien. Las matronas encantadoras, nos ayudaron mucho a encontrar la postura para dar de mamar, nos enseñaron a hacerle un arrullo, a cambiarla, a sacarle los gases...

Pero los pediatras... un horror. Super bordes. Y eso de fomento de la lactancia, tu tía. Todos nos decían lo mismo. Es muy pequeña, vas a tener que darle una "ayuda" de biberón. Pero ¿por qué? Yo tenía leche, la niña mamaba bien... Eso sí, no habían pasado 48h y nos mandaron a casa. Con la niña en 2,100kg, pero claro, que la pesáramos cada 24h y "ayuda" de biberón. Me pareció alucinante. Si te preocupa la niña, pues nos dejas ingresados hasta el lunes. Y si no te preocupa, pues nos lo dices. Pero no, nos mandaron a casa, en domingo, padres primerizos atacados de los nervios. Menos mal que soy como soy, leo, y las "ayudas" se las dí con jeringuilla, y creo que se las dí como dos tomas, y de mi propia leche que me sacaba con el sacaleches. Porque después de cada toma, costaba dios y ayuda que se tomara 15ml más, de la jeringuilla por un ladito del pecho. Y para 15ml, ya me contarás, los tomaba ella mucho mejor sola, sin tanto lío. Si es por los pediatras, mi lactancia materna había acabado en ese momento.

En fin, fue un parto fácil, y cómodo. Me dolió poquísimo, pero durante el parto pude sentirlo todo y empujar de verdad. No me dieron ni un punto. Del hospital salí muy contenta, con mi bebé y mis hormonas desbocadas, y el enamoramiento. Peeerroooo... van pasando los meses, te vas acordando de detalles que pasaron muy rápido, o a los que no diste importancia en el momento. Y te das cuenta de muchas cosas que, en ese momento, pasas por alto. Y es que esa sensación de "abandono", de no enterarte de nada (porque allí nadie te explicaba nada), de que una no cuenta nada en su propio parto, no se la deseo a nadie. Y no sólo durante el parto, sino también los días posteriores.

Total, que esta vez nos bajamos al Puerta de Hierro. Pilla más lejos, pero los protocolos parecen más modernos, y la atención me han dicho otras madres que es mejor. Y la incubadora (por si nos hace falta) tiene protocolo de puertas abiertas 24 horas y método canguro.

Pues ale, batallita contada.


PD: los dibujos son del libro infantil "How a baby is made" de Per Holm Knudsen. Increíblemente sencillo, gráfico y real como la vida misma. No he encontrado traducción al español, así que los textos son mi libre traducción del libro en inglés. Desde la concepción a la lactancia. Maravilloso. Os dejo las dos primeras páginas, sobre cómo el bebé llegó a la tripa de mamá. No pegan con la entrada, pero así lo tenéis completito. El libro entero lo podéis ver aquí, traducido al inglés, con el desarrollo intrauterino del bebé.

 





Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

viernes, 25 de enero de 2013

Cupcakes de chocolate sin gluten y sin leche, con frosting de plátano y dulce de leche


Hace mucho que tenía esta entrada pendiente de publicar, se me traspapeló no sé por qué. Aprovecho que con el reposo no puedo cocinar cosas nuevas para poneros ésta.

El otro día, paseando por la blogosfera, ví esta receta de Gema, del blog "En mi nube de azúcar". Flipé. Bizcocho de chocolate con cerveza Guiness, relleno de plátano asado y dulce de leche, y con cobertura de crema de queso. Guau. Ésto lo adapto, pensé yo.

Y lo intenté. Pero la cerveza Guiness no es igual que la Ámbar (sin gluten). Y fue un desastre. Subió, subió... y se hundió. Como un volcán. A la basura (como una idiota, porque de sabor estaba muy rico, y podía haber hecho una tarta de migas...). Prometo volver a intentarlo.

Pero yo ya tenía el "mono de chocolate", y el plátano rehogado...

Reinventé.

La receta de los cupcakes es del libro "Babycakes" que si eres celíaco, y te gusta el dulce, no sé como no lo tienes ya. Son magdalenas de chocolate, pero sin gluten, ni lácteos, ni huevos, ni azúcar. Increíble pero cierto. Y no te eches para atrás con la lista de ingredientes. No son tan complicados de conseguir, y una vez los tienes, es mezclarlos, y para el horno. Facilísimos. Y riquísimos.

Los frosting vale, tienen leche... pero es que a Guardabosques no le gustan los frosting, así que... le dejo apartadas unas sencillitas, y me lío yo solita con los míos.

Cupcakes de chocolate:

Ingredientes: para unos 12 cupcakes

1/2 taza (70gr) de harina de arroz
1/2 taza (60gr) de harina de garbanzos
1/2 taza (60gr) de cacao puro en polvo (Valor)
1/4 taza (30gr) de maizena
1/8 taza (15gr) de almidón de mandioca (Yoki) (o maizena)

1/2 cucharada (tablespoon) de levadura de repostería (Hacendado)
1/2 cucharadita (teaspoon) de bicarbonato
1/2 cucharadita (teaspoon) de goma xantana (opcional)
1 cucharadita (teaspoon) de sal
1/2 cucharada (tablespoon) de azúcar avainillado

1/2 taza (125ml) de aceite de oliva suave
3/4 taza (175ml) de jarabe de ágave
1/2 taza (125ml) de compota de manzana, casera o de bote
1/2 taza (125ml) de agua caliente

Precalentar el horno a 160ºC, mejor si es con ventilador.

Poner en el vaso de la tnermomix, procesadora o en un bol, los ingredientes secos. Ir incorporando los húmedos, mezclando bien. Lo último el agua caliente. Mezclar hasta que quede una crema uniforme.

Rellenar los moldes de magdalena (si son de papel, poner por lo menos dobles, o meter dentro de una magdalenera rígida), hasta 2/3 de capacidad.


Hornear unos 25-30 minutos, dando la vuelta a la bandeja a los 14 minutos para que se hagan todas por igual. Cuando las pinchas y sale el cuchillo limpio, es que están hechas. Dejar reposar dentro del horno, con la puerta abierta una rendijita, unos 10 minutos. Sacar y dejar enfriar.

Cubrir con el frosting elegido (o con los dos):

Frosting de plátano y dulce de leche:


1 plátano
1 cucharada sopera grande de dulce de leche
Chorrito de aceite

Rehogar el plátano en trocitos, con el aceite. Cuando esté dorado y blandito, triturar y mezclar con el dulce de leche. Yo lo hice en la thermomix: poner el aceite 1 minuto a temperatura 100 vel.1, incorporar el plátano y dorarlo 2 minutos a vel.3, añadir el dulce de leche, y triturar 30 segundos a vel.6. Dejar enfriar en un recipiente, y luego meter en una manga pastelera, o en una bolsa de zip-lock.


Frosting de queso crema:



50 gr de queso tipo Filadelfia (yo lo puse light, para compensar, también lo hay sin lactosa)
25 gr de azúcar glass

Mezclar en un bol, con un tenedor, hasta que se integre bien el azúcar con el queso. Pasar a la manga/bolsa zip-lock.

Decorar los cupcakes con el frosting, con un poquito de paciencia, maña y/o imaginación.


Los cupcakes quedan chocolatosos y húmedos, blanditos, una delicia. Pero combinados con el plátano, el dulce de leche, la crema de queso.... La combinación es sencillamente increíble.

Por cierto, si no podéis tomar lácteos, aquí tenéis otra receta de frosting, de chocolate, y sin leche.

Si tenéis dudas con las harinas, pasaros por aquí.

Y nada más, que tenéis que iros corriendo a prepararlos, y ¡no os quiero quitar más tiempo!



Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

miércoles, 23 de enero de 2013

Cómo acercarse a saludar a otro perro (o persona) B.A.T. 2


En este otro post expliqué como acercarse hasta otro perro con nuestro perro reactivo, para no tener problemas. Pero nos quedamos a un metro de distancia. Así que hoy toca aprender "buenas maneras caninas" a la hora de saludar a otro perro. Ese minutito final, en el que muchos perros, que se acercan a los demás tan contentos, de repente se encuentran tiesos y al final acaban peleándose.

¿Por qué de repente un perro que parecía amigable se lanza al cuello de nuestro perro?

Pues puede ser por varias cosas:

- Uno de los dos perros no muestra señales de calma: los perros cuando se acercan a saludar a otro perro, siempre tienen un punto de inseguridad. Todos los perros tienen una gran cantidad de grandes dientes, y el acercarse siempre conlleva cierto riesgo. Para minimizarlo, los perros hacen gestos para calmar al otro perro, indicar que se acercan "en son de paz". Pero estas señales pueden no verse por muchas razones. El perro no sabe usarlas porque está mal socializado, o está demasiado nervioso para usarlas, o tiene impedimentos físicos que se lo impiden (mucho pelo, orejas o rabo cortado...), o a lo mejor es un "macarra" con ganas de pelear (que también existen). Si uno de los dos perros no muestra señales de calma, la probabilidad de que el encuentro acabe mal aumenta.

- La correa de uno de ellos se tensó: En los primeros encuentros, no sólo los perros están nerviosos. Los dueños también. Para un perro es importante saber que en cualquier momento puede huir de una situación comprometida. Cuando cualquier animal tiene miedo o inseguridad, puede elegir entre dos opciones: huir o luchar. Con la correa tensa, el perro siente que como huir no puede, sólo le queda una opción: luchar.

- El tiempo de saludar se prolongó en exceso: la mayor parte de los dueños pensamos que los perros necesitan mucho tiempo para saludarse. Nos quedamos de pie, a su lado, esperando. Los perros se acercan, se huelen, se vuelven a oler, empiezan a tensarse... nos hemos pasado de tiempo. El perro se siente obligado a socializar durante más rato del que quería. No todos los perros se "caen" bien. Con algunos, tu perro sólo querrá olfatearlo uno o dos segundos y alejarse, pero si no lo miras, o te quedas quieto a su lado, se va a sentir obligado a confraternizar más. Y aquí es cuando pueden empezar los problemas.

¿Cómo lo evitamos? Seguimos aplicando el B.A.T.

Nos acercaremos al otro perro muy despacio, y un poquito de lado, nunca de frente (señal de calma). Nos acercaremos al otro perro hacia su trasero, no hacia su cabeza.

Tenemos que fijarnos en nuestro perro, pero también en el otro perro. Si nuestro perro da señales de calma, y el otro también, seguimos acercándonos. Si cualquiera de los muestra alguno de estos signos: rigidez, contacto visual aumentado, cierra la boca que tenía abierta, gruñe, eriza el pelo... llamaremos la atención a nuestro perro, y lo alejaremos. Lo que normalmente se ve más claramente es el "momento estatua": los perros se mueven muy despacio, hasta que se quedan de puntillas, muy quietos. No esperes, aleja a tu perro rápidamente.



Si nuestro perro está algo nervioso, pero no rígido, premiaremos: cualquier señal de calma que haga, o el momento en el que rompa el contacto visual con el otro perro, o si nos mira a nosotros.


Si hemos conseguido acercarnos al otro perro hasta casi hacer contacto, nos quedaremos a su lado vigilando:

- Que la correa esté floja
- Que no se tensa ninguno de los dos

Si todo va bien, esperaremos a que nuestro perro se acerque por su cuenta al otro perro y le huela. No dejes que estén tan cerca más de 1 o 2 segundos (no, no es una errata, 1 o 2 segundos). Marcaremos el oler a otro perro (con el clicker o diciendo "muy bien") y nos alejaremos unos pasos. Mientras te alejas, vigila que la correa no se tense en el proceso, hay que llamar la atención de nuestro perro para que se aleje con nosotros porque quiere, no arrastrado. A unos pasos de distancia, premiaremos con comida o con juego.


Si vemos que nuestro perro sigue interesado en el otro perro, volvemos a acercarnos. Si vemos que ha perdido el interés, nos iremos sin forzar la situación.

Si nuestro perro quiere volver a acercarse, repetiremos el proceso. Esta vez, dejaremos que se huelan un poco más, y esperaremos a que nuestro perro de una señal de calma. Entonces marcaremos positivamente su elección y lo alejaremos, premiando con comida o juego una vez nos hayamos alejado.


Si los perros hacen señales de juego, podemos dejarles jugar a partir de este momento.
Si nuestro perro ha perdido interés por el otro perro, nos lo llevaremos a seguir el paseo.

Y recuerda:
No todos los perros son igual de sociables. Algunos perros "necesitan" jugar con todos los perros que se encuentran. Pero la mayoría no. La mayoría lo único que quiere es olfatear rápidamente al desconocido, saludar e irse. En cinco segundos o menos, la mayoría de los perros ha conseguido toda la información que quería, y está dispuesto a seguir paseo. No le fuerces a socializar si no quiere. En el momento en que te mire, te lo llevas.
Lo mismo el tuyo que el perro desconocido, por cierto. Fíjate si cualquiera de los dos se tensa mínimamente, y si es así, aleja a tu perro.

Y premia siempre que tu perro te mire o te preste atención habiendo otro perro delante. Merece la pena.

PD:
Si necesitas más ayuda con tu perro reactivo, o todo esto te parece un follón, contacta conmigo. Si te has quedado con ganas de más (y sabes inglés), puedes bajarte un protocolo básico:

http://functionalrewards.com/BAT-basics.pdf

o comprar el libro de B.A.T., en papel o en ebook:

http://ahimsadogtraining.com/store/proddetail.php?prod=MCH-0167&PARTNER=boogiebostie

Todas las imágenes son traducciones (o no, la primera no he tenido tiempo de hacerla) de las fantásticas ilustraciones de Lili Chin (con licencia creative commons), os animo a visitar su blog.


Edito: esta entrada la tenía programada, por si acaso. Pero aquí sigo, con contracciones molestas pero no de parto. Seguiremos informando...

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

martes, 22 de enero de 2013

En preparto

Mi tripa de 35 semanas (hace ya una semana)

Hoy toca "actualización de estado"...

Acabo de volver de la ginecóloga, y mi cuello del útero está abierto, empezando a dilatarse. Mis contracciones son algo más "alegres" (bonito término para decir más molestas) y más frecuentes. Llevo ya varios días con contracciones del cuello del útero (pinchazos molestísimos al fondo de la vagina)  y eso era que estaba  borrando el cuello.

La minipeque está bien, calculan 2,600kg. con la ecografía. Estoy justo de 36 semanas, a Pollito ya la había dado a luz.

Y en mi pueblo nieva...

Desde el coche, a la vuelta del médico

Me han despedido con un "hasta mañana, si llegamos".

Y al sofá, a ver si aguantamos "hasta que pasen las nieves, por lo menos, que no tengáis que correr peligro por la carretera".

Ya lo tenemos todo preparado, la familia avisada, los "planes de contingencia" revisados... Hasta tengo un par de entradas programadas, para que no os aburráis en mi ausencia, si es que tengo que desaparecer unos días. Si  no contesto a los comentarios, pues ya sabéis por qué será.

Pero me veo a Guardabosques poniendo las cadenas al coche entre contracción y contracción. Que Murphy es muy puñetero.

¡Seguiremos informando!


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

domingo, 20 de enero de 2013

Tarta de Peppa Pig con fondant de nubes, sin gluten, claro.


Como os prometí, aquí va la receta de la tarta del cumple de Pollito.

Como sus deseos son órdenes, tenía que ser "rosa y de Peppa"...  ... ... glups...

¿Una tarta rosa? Mmm... fucsia va a ser.

Bizcocho red velvet para la señorita. Lo hice con harina MixC Dolci de Schar y leche de soja, y quedó perfecto. Incluso duró como tres días en la nevera sin fosilizar (hice dos bizcochos, y sobró medio, calculo fatal...). Esponjoso, blandito... la gente flipaba de que fuera sin gluten y sin leche. Uno lo dejé tal cual, y el otro lo rellené con mermelada de fresa (que también es rosa).

Y os explico el paso a paso del fondant, que es lo más "complicado". Decidí hacerlo de nubes por dos razones. Una, porque una es poco previsora, que ya lo sabéis, y comprar frosting sin gluten sin moverse al otro lado de la ciudad (o de la Comunidad, en mi caso) o pedirlo por internet es complicado (este segundo es fácil, pero tardan en traértelo). En cambio, las nubes, te pasas por el súper, miras bien que sean "sin gluten" y punto. Las Miguelañez son aptas, por cierto. Además, el frosting que venden a mí no me acaba de gustar, y el de nubes... sabe a nubes... está de muerte.

Ingredientes para el fondant de nubes (sacado de aquí):

Simbolito "sin gluten" arriba a la izquierda

Nubes: las que quieras, en la cantidad que quieras. Mejor si son blancas, que así las coloreas mejor de lo que tú quieras luego. Yo las puse rosas, que total... Para cubrir mi tarta, más la capa de Peppa, utilicé 250gr de nubes, repartidas en tres (una para cada color).
Azúcar glass: el doble del peso de azúcar que de nubes. No casero, de bote, que el casero hace grumos. Que sea sin gluten, claro.
Agua: como dos cucharaditas, más o menos, para 200gr de nubes.
Colorantes: según los vayas a necesitar. Hay varias marcas en líquido que son aptas. Si usas el colorante líquido, échalo en vez de agua primero, hasta conseguir el color que quieras. Por lo visto es más fácil si lo usas en gel. Yo tengo unos en polvo que compré en Manuel Riesgo. Son super concentrados, así que hay que usarlos con cuidado. Se pueden poner en el agua y disolver, o directamente en la mezcla del fondant.
Aromas: los que quieras también. Yo no puse, porque quería que supiera "a nube", pero dependiendo del bizcocho, pues le puedes poner cualquiera que te guste y "pegue".
Aceite, mantequilla o margarina, para untarte las manos y que no se te pegue la masa.

Ahora viene lo "complicado".

Coges tus nubes, las pesas, y las troceas un poco. Las pones en un bol, y las humedeces con el agua, sólo un poco, y las remueves con las manos. Así se ponen como pringosillas, y se derriten mejor. En este paso puedes poner el colorante líquido.

Ya mezcladas con el colorante y el agua, pringosillas
Las metes en el microondas, a potencia media, unos 30 segundos. Las sacas, remueves con el tenedor y las intentas espachurrar/disolver. NO LAS TOQUES, ARDEN. Si no se han disuelto del todo, otros 15 segundos y repites operación. Muy poco a poco, que si te pasas de tiempo el azúcar de las nubes carameliza, se pone duro, y no vale para nada. Queda como una masa pringosilla. Ahora pones las esencias o el colorante si necesitas echar más de lo que pusiste al principio. Ten en cuenta de que al mezclarlo con el azúcar, el color bajará un par de tonos.

Masilla pringosa, más clarita
(y eso que aún no he  puesto el azúcar)
Una vez se han disuelto del todo, las echas en un bol con el azúcar glass. Vas mezclando con el tenedor hasta que se haga una masa manejable. Queda como plastilina. Una vez mezcladas las nubes con el azúcar ya puedes tocar la masa, que se habrá enfriado. Con las manos untadas en grasa, levantas la masa, y le vas metiendo dentro el azúcar glass poco a poco, para que se integre bien. Cuando tengas una masa más o menos manejable y moldeable, es que está lista.

Pelotilla lista
Ahora puedes meter la pelota de masa en una bolsa de plástico (tipo zip-lock) y meterla en la nevera (o en el armario). Es mejor dejarla reposar unas horas, para que se maneje mejor (pero no es imprescindible). Dura unos tres meses en la nevera.

Para usarla, déjala a temperatura ambiente unos minutos antes de trabajarla (porque si no está muy dura) o puedes meterla unos segunditos en el micro. Muy poquito, que si no quema y se pone dura.

Luego la estiras con el rodillo, haces figuritas modeladas... lo que quieras, hasta lo que te dé la imaginación.

Para hacer la plancha de cubrir la tarta, espolvorea azúcar glass en un papel de horno, y estira con el rodillo. Hacen falta bíceps, pero se consigue. La levantas con cuidado, puedes ayudarte poniéndola sobre el rodillo para que no se rompa. De verdad, acostumbrados a nuestras masas sin gluten, esto se maneja de vicio.

Para la decoración, yo cogí un libro de Peppa, y corté con un cuchillo la forma sobre una plancha de fondant estiradito. Las pelotitas y los churritos (para disimular las roturillas y los bordes), se hacen moldeando como si fuera plastilina.

Para que el fondant se "pegue" a la tarta, humedece la parte superior del bizcocho (te recomiendo que pongas el bizcocho boca abajo para que quede más liso) con agua, o con agua mezclada con mermelada. Yo usé sirope de fresa. Para pegar la decoración, lo mismo, sólo hay que humedecer un poco y ya se pega.


Éxito seguro.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

jueves, 17 de enero de 2013

Cómo pasear con un perro reactivo: ejercicios B.A.T.


Pasear con un perro reactivo puede ser una pesadilla, como ya comentamos en este otro post. Si el perro se lanza sobre la correa, ladrando y gruñendo cada vez que ve una persona u otro perro, los paseos se convierten en carreras de obstáculos y cálculos de horarios, para intentar evitar cualquier cosa que pueda provocar a nuestro perro. Pero estos comportamientos son perfectamente corregibles, y no sólo obtendremos un perro mucho más educado, sino uno más seguro de sí mismo, con más libertad y menos miedo, que será capaz de tomar él solito las decisiones correctas.

Esta reactividad excesiva puede ser por varios motivos, como miedo (el ataque es la mejor defensa), frustración (¡préstame atención, he dicho que me prestes atención!) o ira (¡sujétame, que a ese me lo como!). Todos estos perros deben aprender a superar su ansiedad, y a acercarse a los sujetos de su problema de una forma tranquila y relajada, sin reaccionar de forma exagerada, y sobre todo, sin atacar.


Estos ejercicios funcionan porque le dan al perro lo que en el fondo quieren: alejarse del motivo de su estrés. Ya sea que tienen miedo, o ganas de pelea, el contacto produce ansiedad, y emociones negativas. Vamos a cambiar estas emociones negativas por la posibilidad de tomar el control, y por emociones tranquilas y positivas, usando el protocolo B.A.T. 


¿Qué es el B.A.T.?

Este protocolo, en inglés Behavior Adjustment Training, fue elaborado por Grisha Stewart, MA, CPDT-KA, en el año 2009, y yo he empezado a utilizarlo hace dos años, con resultados increíblemente positivos. Es un protocolo muy sencillo de utilizar, y que deja en manos del perro la toma de decisiones, por eso es tan efectivo. El perro asume el control de la situación, y puede decidir cuando empezar o acabar la relación con la otra persona o perro, disminuyendo así su ansiedad y su reactividad. 

¿Cómo empiezo?

Empieza sacando a pasear a tu perro, con una correa normal y un collar o arnés que no sean ni de ahogo ni de castigo. Si eliges un arnés de los que se atan por el pecho, o un halti, pues mejor. Y siempre, siempre, LLEVA LA CORREA FLOJA. Para más información, lee este otro post.

Empieza paseando por un lugar relativamente tranquilo. Se trata de que puedas acercarte a otro perro o persona a tu ritmo, en un espacio abierto. Conviene que sólo haya cada vez una persona/perro problema, para no agobiar desde el principio con demasiados estímulos.

Cuando veas a una persona/perro a lo lejos, fíjate como un águila en el cuerpo de tu perro. En el momento en el que tu perro pase de estar relajado a estar atento, te paras en seco. Si tu perro empieza a mostrar signos de ansiedad u obsesión, distráele y da varios pasos atrás antes de volver a empezar. Te pongo unos dibujos de mi admirada Lili Chin, para que lo entiendas mejor:




Una vez estéis los dos quietos en ese punto en el que tu perro está atento, pero no estresado, simplemente te paras a esperar. ¿A qué? A que tu perro te ofrezca, o le ofrezca al perro/persona que tiene delante, una señal de calma. Dependiendo del perro, esta señal puede ser chuparse la nariz, mirar para otro lado, girarse hacia tí y mirarte, sentarse, olfatear el suelo... cualquier señal de calma vale.



Entonces, marca este buen comportamiento para que el perro se entere de que lo ha hecho fenomenal. Haz click si usas clicker, o dile un efusivo "muy bien" en el tono más alegre que puedas poner. Y ALÉJALO. Sí, aléjalo por lo menos 5 pasos. Que tenga que darle la espalda al perro/persona y seguirte. Este es el punto más importante del protocolo, éste es el "premio gordo" para tu perro. Alejarse de lo que sea que le está causando un conflicto. 

A veces nos parece antiintuitivo, pues con algunos perros jóvenes parece que lo quieren es acercarse a saludar, aunque sea de forma ciertamente exagerada. Pero todos los perros sienten ansiedad cada vez que conocen a alguien nuevo (como nosotros...) y este alejamiento momentáneo les da un subidón de seguridad que es muy gratificante. Además, se sienten que con su propio comportamiento han controlado la situación, aprenden a comunicar a su dueño lo que quieren: no acercarse tan rápido, darse un tiempo para evaluar a la persona/perro y decidir si son un peligro o no.

Una vez te hayas alejado del "peligro", puedes darle a tu perro otro tipo de premio. Un trocito de comida, o algo de juego. Para los perros muy ansiosos o agresivos, yo utilizo en este punto un mordedor, para que descarguen la "necesidad" de morder con algo inofensivo (y no una rica pantorrilla). También puedes aprovechar para dejarle olfatear, que además de ser un premio potente, les relaja muchísimo.

Y volvemos a empezar: Nos volvemos a acercar a la persona/perro, hasta que veamos que nuestro puerro empieza a fijarse/tensarse. Probablemente nos podremos acercar un par de pasos más que la primera vez. Nos paramos, esperamos a la señal de calma, marcamos, nos alejamos, premiamos. 

Dibujito resumen del protocolo completo (viene con una señora pintada, pero con un perro sería exactamente igual) Pincha para verlo bien:




Al principio uno se siente torpe, tonto y cohibido. Pero al cabo de unos días, uno le coge el tranquillo, y el perro también. Nosotros aprendemos a leer el comportamiento de nuestro perro, y nuestro perro aprende cuál es su distancia de seguridad, y que si no se quiere acercar a algo que le da miedo, NO TIENE QUE ACERCARSE. 

Esto parece una tontería, pero si a nosotros nos ataran, y nos obligaran a saludar a cada persona o perro que nos encontráramos por la calle (abuelitas bondadosas, niños, gorilas de discoteca, borrachos, rottweilers...) nos daría un ataque de ansiedad al tercer día. Esto es algo que hay que aprender. 

Si tu perro, después de una mínima olfateadita, te mira, llévatelo. Él ya ha acabado. Le ha dicho al vecino del quinto "Buenas, buenas" y ya no tiene más conversación. Forzar la situación puede ser incómodo o incluso peligroso. Con este protocolo nosotros también aprendemos a ver las situaciones con los ojos de nuestro perro, y sabremos calibrar, mirando al perro de enfrente, si éste viene de buenas, o si casi mejor nos cruzamos de acera.

El próximo día que pueda, os enseño el siguiente paso: cómo saludar desde un metro de distancia o menos.

Si necesitas más ayuda con tu perro reactivo, o todo esto te parece un follón, contacta conmigo. Si te has quedado con ganas de más, y no quieres esperar (y sabes inglés), puedes bajarte uno protocolo básico:

http://functionalrewards.com/BAT-basics.pdf

en español, gracias a Laura Martín:

 http://www.cursoclicker.es/images/stories/pdf/BAT-basics_traducido_web.pdf

o comprar el libro de B.A.T., en papel o en ebook:

http://ahimsadogtraining.com/store/proddetail.php?prod=MCH-0167&PARTNER=boogiebostie

Todas las imágenes son traducciones (o no, la primera no he tenido tiempo de hacerla) de las fantásticas ilustraciones de Lili Chin (con licencia creative commons), os animo a visitar su blog.

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

martes, 15 de enero de 2013

Tres años, muchas fiestas, y aquí seguimos

Tres años
Hace mucho que no escribo, pero con la tableta es que no me apaño. Decidí intentarlo con el portátil, una que es muy geek se desesperó de lo lento que iba, se puso a formatearlo... y una que es geek pero con el cerebro de embarazada se cargó la partición /home y con ella todo los archivos personales. (Inciso, soy tan geek que tengo linux en todos mis ordenadores, una cosa maravillosa que tiene es que puedes cargarte o actualizar todo el sistema operativo sin tener que proteger tus archivos, que están en una partición especial que no se ve afectada cuando actualizas. Claro, eso si no tienes cerebro de embarazada y le dices al programa de actualización que te meta el sistema operativo nuevo justo en esa partición, que es lo que hice yo...). En fin, que ahora tengo el portátil limpito, actualizado, y totalmente vacío. Menos mal que la mayoría de los archivos los tengo "repes" y sólo he perdido un archivo excel con las cuentas de empresa (que puedo recuperar, pero tendré que volver a hacer las cuentas anuales... uffff).

Después de este inciso tan raro, a lo que íbamos. Lo primero lo mío, que para eso es mi blog. Sigo igual, bueno, seguimos, la peque y yo juntitas. Mis contracciones siguen igual (a la que me muevo) pero ya estamos en la semana 35, así que ya no habría muchos problemas si me pusiera de parto. Pollito nació con 35+4 (35 semanas y 4 días, vamos) y todo fue bien, así que ya me despreocupo. Me ha dicho la gine que todo está perfecto, y que a partir de la 37 (si llegamos) ya me permitirían empezar a moverme. Si llegamos... he mandado a mi madre a comprar ropa de prematuro, por si acaso. Que todo el mundo dice que no se usa, pero con Pollito la usamos más de un mes, y con un lavado diario, te quedan los modelitos para hacer trapos.

Y los tres años... es que ¡¡Pollito cumplió tres años!!

Vestida de fiesta
Madre desnaturalizada que es una, no os lo he contado, y eso que hace ya casi un mes de su cumpleaños... pero es que hemos tenido mucho lío, mucho, y muuuuchas fiestas.

Hago recuento de fiestas:
3 fiestas de cumpleaños: sí, tres.
- Una con sus primas (que las dos cumplen por esas fechas), con tarta de santiago.
- Una con mis padres (mi padre también cumple esa semana), con tarta de manzana de mi madre.
- Otra con sus amigos. Y nosotros que pensábamos que todavía era muy pequeña para fiesta de cumpleaños amiguil... pues llevaba un mes haciendo lista de invitados y de las cosas que quería de regalo, y de los juegos que iban a jugar. Eso nos pasa por presentarle a niños mayores, que luego la invitan a sus cumpleaños, y claro, pues ella también quiere una fiesta con globos, y tarta rosa de Peppa Pig... Una, que es madre desnaturalizada pero no tanto, se marcó una tarta redvelvet, sin gluten, sin lácteos, y con fondant de nubes, rosa y con Peppa Pig. Prometo poner la receta un día de éstos. La piñata puso la puntilla al asunto, y nos lo pasamos fenomenal, aunque me sigue alucinando como conseguimos meter a 9 niños con sus respectivos padres en mi salón. Menos mal que con 3-4 años, por lo menos los niños todavía abultan poco. Con el jardín tan bonito que tenemos ¿no me podría haber nacido alguna en verano?


4 celebraciones navideñas:
- Nochebuena: con mi familia, éramos unos 20. Conseguimos que se durmiera a eso de las 12, después de zamparse ella solita media bandeja de ibéricos (no sabe na).
- Navidad: con la familia de Guardabosques, con sus primas y su primo. Y los regalos de Papá Noel... se lo pasó pipa.
- Fin de año: con mi familia de nuevo, otra vez unos 20. No hubo manera de dormirla esta vez, se volvió a zampar media bandeja de ibéricos, y se tomó las uvas como una más. Cuando llegamos a casa casi a las 2 de la mañana, y después de más de media hora de coche, seguía despierta. Menuda adolescencia nos espera...
- Reyes: con mis padres y mi hermana, cargados de regalos que parecían los pajes de la cabalgata de Reyes.

Y así, una tras otra. Y luego la gine me riñe de que engordo ¿no voy a engordar, a banquete por semana -mínimo- y en reposo absoluto? Y eso que me he cortado de comer...

Uno de sus regalos prefe: las pegatinas del calendario de Winnie de Pooh.
De los regalos ni hablamos, que tenemos a la niña sepultada en tanto trasto. Y eso que los Reyes no encontraron la escopeta-rosa-para-matar-a-los-lobos-malos... pero sí la cocinita -rosa, claro-, los libros, los disfraces, las pinturas, la guitarra eléctrica y el tambor, el bebé, los cacharritos y la comida para la cocina, las construcciones, la ropita nueva, la plastilina... menos mal que hay crisis, oye.

Y echo la vista atrás, y pienso "3 años, ya". Ha pasado de ser mi mini-bebé a una niña chiquita pero dicharachera, amante de la fiesta (con mis 20 familiares, la mitad casi desconocidos, y no paró de hablar y de hacer gracias en toda la cena...), inquieta y activa como ella sola. Si el año pasado no quería ir a la guarde, porque los niños le daban miedo, ahora no se separa de sus amigos ni bajo el agua (lleva un mes pidiendo que la apuntemos a la piscina con el resto, pero claro, ahora no podemos por puros problemas logísticos).

Para muestra un botón, estas navidades Guardabosques le ha enseñado a montar en bici de "niña mayor", con sus pedales y sin ruedines. Tenemos al barrio flipando, no os podéis imaginar lo chocante que es ver a esa pulga (87 cm y 11kg) montando en bici como si tal cosa... Yo me salté el reposo cinco minutos para verlo, porque si no no me lo creía.

Hasta en el sueño hemos avanzado. Ha sido cumplir los tres años y ¡¡¡¡Dormir!!! ¡¡¡Por fín!!!
Vale que le cuesta un poco la hora de irse a la cama, todos los días se levanta un par de veces, pide más mimos, más cuentos... vamos, lo normal. Pero ha pasado de despertarse dos y tres veces a ¡¡una o ninguna!! (ley de Murphy, ahora yo me despierto con contracción + ganas de hacer pis cada dos horas).    Parece que algo en su cerebro ha hecho "click". Pensábamos que era que durante las vacaciones no ha echado siesta, y que era por eso, pero ahora en el cole sí que la duerme, y sigue durmiendo igual (bueno, se acuesta un poquito más tarde).

Para irse a dormir, después de jugar con las pinturas nuevas
Echo la vista atrás, y pienso en cómo decidimos criarla, a priori, lo que hicimos una vez estuvo en casa, los años que llevamos y los resultados obtenidos... y me alegro. Me alegro de habernos puestos firmes con la lactancia, con el colecho, con los mimos, el no obligarla a nada, no forzarla... creo que nos está saliendo bien. Ahora estamos empezando a marcar límites y rutinas, para poder organizarnos la vida mejor, pero siempre dejándola cierta libertad de decisión.

Con lo único que nos peleamos es con la comida. Yo tiendo a dejarla comer lo que quiera. De lo que hay, que no estamos para andar haciendo comidas a capricho. Pero yo cocino un plato para todos, y si quiere se lo come, y si no, pues no come. Y santas pascuas. Mi madre se pasó toda mi infancia intentando darnos de comer a mi hermana y a mí. Lo probó todo. Sufrimos las tres lo que no está escrito. Y para nada. No creo que yo me comiera ni un gramo más de lo que yo quería comer. Y hubo temporadas en las que se me marcaban todas las costillas y los huesos del cuerpo, para disgusto de mi madre, y recomienzo de la procesión de consultas médicas. Pero claro, lo mío era celiaquía, y por mucho que mi madre se empeñara en embucharme, no habría conseguido que cogiera más peso (es más, sospecho que habría sido peor). Pero claro, en esa época si no tenías diarrea no eras celíaco...

Total, que si mi niña no crece, o está demasiado delgada, o se queja de dolor de tripa tras las comidas, pues la seguiré llevando al médico, pero yo no la fuerzo a comer. Que si tras años de empecinamiento, en la adolescencia yo medía 1.50 y pesaba 40kg, no fue porque mi madre no lo intentara, es porque era imposible.

Claro, que Guardabosques lo lleva peor. Que es ingeniero, y si pudiera mediría las calorías de cada plato, y los gramos. Y la pesa y mide una vez al mes, y se desespera. A él nunca le tuvieron que obligar a comer, en su familia no había malos comedores. Así que no lo entiende. Y Pollito y él se pelean, y mucho. Yo creo que como en el cole come un montón, pues en casa compensa. Pero claro, seguimos en percentil 3, y él se desespera. Yo, que me pasé en el percentil -3 toda la vida pues... no me parece para tanto. Mientras la niña no dé positivo a las antitransglutaminasas, o nos digan que le falta hormona de crecimiento, pues será que es bajita y ya está.

¿Princesa, o hada de los dientes?
Que de casta le viene al galgo, y si no puede ser policía de mayor (porque ahora mismo quiere ser policía, médico de personas -de animales no, lo tiene clarísimo- y hada de los dientes, toma pluriempleo), pues todavía le quedan las dos otras opciones, que la profesión de médico siempre tendrá futuro, y del hada de los dientes pasamos a la odontología en un plis. Y para ninguna de esas cosas hace falta ser muy alto.

En fin, acabo ya, que después de 25 días de reposo, me aburro y desvarío. Menudo post inconexo me ha salido.

Como mi vida, vamos.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

miércoles, 2 de enero de 2013

Reposo absoluto

El año se fue dejándonos un pequeño susto. Después de un largo día de visitas familiares, Pollito se durmió la siesta a eso de la seis de la tarde. Teniendo en cuenta que en la cena de Nochevieja íbamos a ser 20 sentados a la mesa, y que ni de broma se iba a dejar acostar pronto, la dejamos dormir.

Yo aproveché para darme un baño relajante, que estaba agotada y de los nervios. Templadito, pero un baño de espuma y novela. Creo que hacía un año del último.

Salí de la bañera, me arreglé, Pollito se despertó, Guardabosques le preparó un poco de cena, y yo me senté a su lado. Y la otra peque comenzó a moverse. Hiperactiva total. Patadas, cabezazos... comencé a marearme. Carrera al baño.

A los diez minutos todo se había tranquilizado, y la peque había encontrado nueva posición. Encajada. Cabeza abajo. Me preocupé un poco, pero luego pensé que contracciones no tenía, y nos fuimos a cenar.

La cena fue fenomenal, rodeados de toda la familia. Pollito fue de brazo en brazo, no paró de comer ni de reír. Descubrió el huevo hilado y los mantecados de chocolate. Y flipó con las campanadas y las uvas. Llegamos a casa a eso de la 1 y media, y seguía despierta incluso después de media hora de coche... Pero fue ponerla en la cama, y cuajarse.

Yo estuve toda la noche algo incómoda, sintiendo presión en la vejiga y en las lumbares, pero bien. Pero al levantarme... empecé a sentir mucho dolor en lumbares e ingles, y tuve varias contracciones en un par de horas.

Entonces me acordé de que Pollito nació a las 48 horas de haberse encajado. Glups. Pa'urgencias.

En urgencias me hicieron una eco y me pusieron el monitor de contracciones. El cuello del útero estaba bien, las contracciones eran frecuentes pero suaves, y la niña estaba bien. Con hipo, pero bien.

Así que me mandaron de vuelta a casa, reposo absoluto 48 horas y revisión por mi gine que me dirá cuánto más de reposo tengo que hacer. Estoy de 33 semanas, y Pollito nació en la 35. Espero llegar por lo menos hasta ahí, aunque me han dicho que nunca se sabe, lo mismo aguanto una semana que quince días, que llego a término, que me pongo de parto mañana.

Por ahora, nada de compras, cabalgatas ni reuniones. De la cama al sofá y vuelta. Escribo la entrada tumbada en el sofá, con la tableta de Guardabosques, que me la he apropiado. Le he dejado sin tableta y sin tiempo libre, que a hora le toca a él hacer de "amo de casa" y tratarme unos días como una reina (si es que es un amor). Seguiré escribiendo, pero os quedáis sin fotos (que con la tableta son mucho lío de poner).

Os deseo a todos un ¡feliz año nuevo!


Desde mi sofá,

Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es