lunes, 23 de septiembre de 2013

Tosca, te echo de menos


Llevo tres meses evitando escribir esta entrada. Una de las razones de no escribir el blog es que tenía que contar esto, y no me sentía capaz. No que me sienta capaz ahora, pero... en algún momento tenía que hacerlo.

Tosca murió a principios de Julio. Como ya os conté el año pasado, cuando empezó a tener síncopes, tenía el corazón mal, y desde que llegó el verano los síntomas se le acentuaron, y la medicación dejó de hacerle efecto. Llegó un momento en que simplemente, no tenía calidad de vida, y después de varios días de hasta seis desmayos diarios, y de tener que sacarla al jardín a hacer pis en brazos, tomamos la decisión. Ya no podía andar sin desmayarse, ni comer sin desmayarse, ni subirse al sofá...  Había llegado el momento.


Tosca llegó a nosotros en un transportín de gato. Era diminuta, cabía dentro de una zapatilla (le encantaba echarse la siesta metida dentro de una de las mías, y yo calzo un 36...). La trajeron por MRW una mañana, y toda la familia se reunió alrededor de la caja para verla. Todos agachados mirando la puerta (yo vivía todavía con mis padres y mi hermana, y estaba hasta la asistenta). Pensé que si era una miaja tímida, no saldría del transportín en toda la mañana. Abrí la puerta y... salió una bolita de pelo con minipatas, se acercó a todos uno por uno, nos olió y nos chupó los pies a todos, luego se acercó al agua, bebió, a la comida, comió, a una esquina, hizo pis, y volvió al círculo de humanos alucinados para subirse en nuestras rodillas y jugar. En menos de dos minutos, se había hecho con todos y con todo.

¡Ostrás! pensé, qué personalidad, ¡la que nos ha caído!! Esto va a ser difícil...

Y lo fue. Difícil, porque Tosca siempre tuvo una personalidad enorme. Personalidad, cabezonería, alegría, energía, cariño, mala leche, amor... todo a carretas y a partes iguales.


Tosca siempre fue un reto. Cuando llegó a mi vida, el adiestramiento positivo era casi desconocido en este país, el clicker un invento raro recién traído de USA. Vamos, que comencé a adiestrarla por el método tradicional de correa, tirón y paciencia. En dos meses, no me obedecía mucho más (¿he dicho ya que Tosca era cabezota?) pero sí que estaba mucho más triste.

Entonces nos apuntamos al curso intensivo de monitores caninos de Bocalán y la vida de las dos cambió. Creo que fueron los 15 días días más surrealistas y aprovechados de mi vida, acampados a la orilla del pantano, sin agua ni luz eléctrica, pero con clickers, perros y salchichas de sobra. Diez locos por los perros juntos 24 horas sin nada que hacer más que adiestrar perros y hablar sobre perros... y aprovechamos hasta el último minuto.

Mi vida cambió, aprendí a tratar a los perros como perros, pero seres inteligentes y con ganas de aprender, y no como sujetos pasivos que se resisten a aprender y obedecer. Tosca pasó de andar a mi lado con orejas y rabito gachos, chupándose la nariz cada tres pasos, a: sentarse y tumbarse a saltos, andar a mi lado mirándome a la cara, encender luces, traer la pelota, bailar... y todo con unas ganas y una alegría que la acompañaron desde entonces hasta el final.

Con Tosca aprendí todo eso y más. Vivió conmigo 12 años, durmiendo conmigo o a mi lado, hasta que pasó a dormir al lado de Pollito, para evitar que tuviera miedo de dormir sola. 12 años son muchos años, y a la vez muy pocos.


La enterramos en una cajita, en el jardín. Pollito nos ayudó. Qué naturales son estas cosas para los niños. Unos días después nos íbamos de vacaciones y nos preguntó si nos íbamos a llevar a Tosca a la playa.
- Pero, Pollito, ¿no te acuerdas de que Tosca murió?
- Claro, pero nos la podemos llevar en la caja...
Qué capacidad tienen los niños para hacernos reír y llorar a la vez.

El día que volvimos de la playa, lo primero que hizo fue preguntar por ella. Le recordamos donde estaba, y se fue corriendo a la esquina del jardín, a sentarse en su roca de musgo, a saludarla y contarle lo bien que se lo había pasado en la playa.

Este invierno plantaremos un arbolito, para marcar el lugar.

Tosca, te echo de menos.


Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es

24 comentarios:

  1. No lloro porque estoy en la oficina... Silky, murió en mayo, justo dos meses después de mi padre, y puedo asegurarte que ese sentimiento que cuentas lo he experimentado. Me costaba llevarla al veterinario los últimos días porque sabía que no volvería con ella, y al final, me lo puso fácil y murió en casa, en su cunita, y con la compañía de su hija, Luna... No te cuento más, solo te mando un beso muy fuerte.

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    1. Gracias, guapa. Yo me alegro de haber podido despedirla en el jardín, en el porche, como si se durmiera la siesta. Supongo que es a la vez lo bueno y lo malo de ser veterinaria.
      No sabía lo de Silky, un beso enorme.

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    2. Lo sentimos nosotros, y lo sintió Beethoven, el perro de mi hermano, que como sabes, necesitó de vuestra ayuda. Entre la pérdida de papá, de Silky...el pobre no sabía estar solito. Ahora, mucho mejor, aunque bueno, ya hablaremos más. Un besito muy fuerte!

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  2. La muerte de nuestros perros es muy dolorosa, va a hacer 3 años que nos dejó Noa... y no dejo de pensar en ella. El duelo tienes que respetarlo, no te des prisa, que necesitaras tu tiempo... Lo siento en el alma... mucho animo!!!

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    1. Gracias Irene, es verdad que el duelo hay que respetarlo. Supongo que por lo menos he pasado de la negación a la tristeza, que ya es algo.
      Un beso!

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  3. Es increíble la huella que dejan. Nosotros nunca olvidamos a nuestro Boris que hace ya 7 años que murió y lo mas curioso es que Nuria lo recuerda y ella tenía 3 años!!!
    Besotes y ánimo... ya has dado un gran paso que es contarlo.

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    1. Yo me sigo acordando muchísimo de mis dos perros anteriores, y sólo permanecieron unos meses conmigo... Espero que Pollito se acuerde de ella, de verdad.
      Un beso!

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  4. Lo siento muchísimo de verdad.

    No me gustan los animales, no tengo digamos gran amistad por ellos, supongo por la manera como me críe y el sitio. Y con el animal que tuve más relación fue con la gata-arrisca de mi hermana, la cual se murió el año pasado y me dio mucha penita... por qué ya era de fa familia.

    Con lo que tu cuentas es para sentirse triste y de todo, estos perros o cualquier animal que convive y es uno mismo de la familia dejan un vacío lo entiendo perfectamente. Un abrazo bien fuerte.

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    1. Gracias guapa, no hace falta tener un animal en casa para comprender una cosa así. Muchas gracias, y un abrazo grande.

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  5. Lo siento muchisimo!! Son momentos muy dificiles! Y la vuelta a la normalidad es muy dura...
    Yo sigo llorando al recordar la muerte de mi perro y yo tenia 15 años.... llevaba unos dias muy malito y al final despues de una noche horrible murió en mis brazos....
    Y ahora este verano hemos pasado un problemilla con mi perra con "ataques" sin mucho sentido y viendola muy mal.... Al final nos diagnosticaron una meningitis autoinmune....
    Y todavia seguimos medicandola.... Ahora esta genial, pero la verdad es que pasé unos dias horribles imaginandome lo peor...

    mucho animo guapa!.

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    1. Gema, qué bien que tu perrita ya esté bien. Se pasa fatal... que siga bien por mucho tiempo, un beso!

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  6. Cuanto lo siento Teresa, se les quiere tanto!
    Yo me muero de la pena por la pérdida de mi pequeña martita, la echo tanto de menos!
    Un beso grande

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    1. No me extraña que la eches de menos, dejan un hueco mucho más grande que ellos!
      Un beso!

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  7. Tu ya sabes cuanto lo siento y cuanto te entiendo, verdad?

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    1. Perfectamente Silvia mía, espero que tus perris vivan una larga y plácida vejez. Un abrazo gordo!

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  8. Oooh, lo siento Teresa y entiendo perfectamente como te sientes. Se echan tanto de menos ...

    Tus hijas están muy guapas, las acabo de ver y aprovecho para decírtelo.

    Un abrazo fuerte, fuerte!!

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  9. Te mando un beso enorme... Es duro, pero cuando mueren siendo mayores, porque de verdad no pueden más y rodeados de cariño, creo que tienen una muerte la mar de digna. Como la que tuvo mi Bas y no pudo tener Rei....

    Un besito Tosca, seguro que en el cielo de los perros hay una gran pandilla de perros blogueros esperándote para darte un beso y jugar un rato.

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    1. Comentaba lo mismo con Guardabosques, si se puede elegir como morir... hacerlo tumbado en el porche, al atardecer, abrazado por tus seres queridos debe ser una forma... no "agradable", pero debe ser de las mejores formas.
      Espero que tengas razón, y que Tosca esté jugando al pilla-pilla con sus amigos y gruñendo cada vez que se le acercan demasiado.
      Un abrazo antimareos para tí!!

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  10. Pobrecillo....! A los animales se les quiere mucho, te hacen mucha compañia y lo pasas muy mal cuando fallecen. Tu situación es aun peor, pues le viste ir perdiendo la fuerza poco a poco... Lo siento mucho, es un animal, pero un animal al que se quiere mucho. Animo

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    1. Sí que se les quiere, sí, más de lo que parece. Y cuando se van, dejan un vacío muy raro... Muchas gracias, un beso!

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  11. Lo siento muchísimo Teresa...
    Peque aún habla de Rocko, y eso que hace más de un año que murió. Se acuerda un montón de él...y a mí me gusta recordarlo juntos.
    Besos preciosa, y muchos ánimos. Poco a poco.

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  12. Jo, me tienes aquí llorandocomo una madalena.... Lo siento mucho, Teresa. El priner animal del que he tenido que despedirme (y no pude hacerlo) fue la boxer de una amiga. Aquella perra fue mi primer contacto con un perro y en mi perreta descubro comportamientos de aquélla; fue para Iuna madre y maestra asI que entiendo lo triste que debéis de estar.

    Un abrazo enorme.

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  13. Hola, me ha gustado tu blog y me ha emocionado tu relato; he llegado a él googleando cosas sobre muertes de perros; porque la mía se murió hace poco más de un mes y todavía no lo supero; tienen razón los que han comentado lo del duelo y es que es así. Es un luto muy similar a cuando se trata de un familiar o amigo humano; aunque mucha gente no lo entienda.

    Saludos, y espero que estés mejor.

    Consuélate pensando en que vivió todos los años que normalmente vive un perro, que pudiste despedirte de ella, y que pudiste enterrar sus restos por tu cuenta.
    Yo no pude nada de eso porque mi Kimba murió repentinamente con sólo 6 años y medio; me la encontré muerta al levantarme la mañana del 5 de Enero (Encima; mal "regalo" de Reyes por adelantado)
    Y como no tengo jardín en casa ni terreno propio, no pude enterrarla; hacerlo en cualquier sitio no es legal.

    Un abrazo desde Lanzarote.

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