![]() |
Perro con miedo a las tormentas |
La fobia a los ruidos, ya sea producidos por tormentas, tráfico pesado, cohetes... se trata de una manera muy simple. Por desensibilización y contracondicionamiento. Pero primero hay que preparar bien al perro. Le enseñaremos unos ejercicios sencillos de relajación, para que en el momento que empecemos la terapia su cerebro esté en "modo trabajo, atento pero relajado". Muchas veces nos ayudamos de masajes y terapia olfativa para llegar a este estado de ánimo. Una vez tenemos el perro con el estado de ánimo adecuado, comenzamos la terapia.
La desensibilización consiste en presentar al perro el estímulo que le produce temor, por ejemplo el ruido de un cohete, pero de una forma tan débil que no provoque ninguna respuesta en el perro. Ni de miedo, ni de atracción, que sea tan suave que el perro pueda ignorarlo. Poco a poco se va subiendo el volumen del sonido, pero siempre por debajo del umbral de estimulación del perro. Al subir el volumen debe prestar atención, pero no mostrarse nervioso o ansioso. La desensibilización es muy eficaz, pero muy lenta. Para acelerar un poco el proceso recurrimos al segundo método.
El contracondicionamiento consiste en presentar al perro el estímulo que produce miedo, a baja intensidad pero ya no necesariamente tan baja. El perro puede mostrar una ligera inquietud. A la vez que le presentamos el ruido, daremos al perro algún tipo de refuerzo positivo. Normalmente utilizamos comida o juego, dependiendo del perro. Una vez el perro esté aceptando la comida o el juego, e ignorando el ruido, podemos subir un punto la intensidad del sonido.
![]() |
Esquema del contracondicionamiento. Pincha aquí para ampliar |
Es muy importante que todo el proceso se siga por debajo del umbral de miedo del perro, porque si no conseguiremos que el perro no sólo no pierda el miedo, sino que sensibilice y cada vez tenga miedo a estímulos más débiles. Por eso es importante que nos ayude un profesional, que sepa "leer" al perro y que sepa hasta donde podemos llegar durante el tratamiento, y lo rápido o despacio que debemos ir. Este tratamiento parece muy sencillo, pero es muy delicado, y se necesita ser constante, pues necesitaremos muchas sesiones antes de que el perro pueda presentarse ante el estímulo "de verdad" sin pasar miedo.
Otra forma de eliminar un miedo o una fobia es la inundación. Consiste en presentar al perro lo que le da miedo, a una intensidad muy elevada, y forzarlo a soportar toda esa ansiedad, hasta que en un momento dado se relaja, y en teoría, perdería el miedo. Últimamente se ha puesto de moda gracias a algunos programas televisivos que la presentan como una solución rápida a estos temores. El problema es sencillo pero para mí insalvable. Igual que en una sesión puedes "curar" al perro, si no se hace bien puedes crearle una fobia tan grande que nunca pueda superarla. La línea que separa el éxito del fracaso total es muy fina, es una terapia que causa un grandísimo malestar al perro, y en mi opinión no debería utilizarse salvo contadísimas excepciones y siempre bajo un estrecho control.
Así que aquí estoy, recopilando sonidos de explosiones, tráfico intenso y tormentas, para comenzar la terapia con un perro fóbico. Me gusta crear mis propias colecciones, a la medida de las fobias de cada perro (venden cd's con remezclas ya hechas) porque así puedo intercalar los ruidos de alta intensidad con algunos de baja (para ese perro en concreto) y porque además así puedo meter sonidos cotidianos que en los preparados comercialmente no vienen, como llantos de bebés, aspiradoras, taladros...

Estos cd's también me sirven para ayudar con otros miedos, como por ejemplo las fobias sociales. Toda experiencia lleva un sonido asociado, como por ejemplo los niños que juegan en el parque, que chillan, hablan, cantan... Si le quitamos al perro el miedo a estos ruidos, estaremos quitándole una buena parte de su miedo (porque ¿qué sería de las películas de terror sin su música tétrica, sus suelos sin crujidos y sus puertas chirriantes?).
¡Ah! todo esto puede hacerse "a pelo", o con la ayuda de medicación (prescrita siempre por un veterinario), para acelerar el proceso y ayudar al perro a superarlo con menor estrés. Y por si acaso llega la temporada de tormentas antes de tiempo, como este año, no "cargarnos" la terapia a la mitad (porque es muy importante no presentar el ruido a todo volumen antes de que el perro esté preparado, pero ¡ay! esto no es siempre posible).