En otras entradas he hablado de los problemas que pueden tener los animales que no han tenido una buena socialización, pero ¿qué es la socialización?
La socialización es un periodo durante el cual los cachorros son más sensibles a las relaciones sociales. Aprenden a relacionarse con sus hermanos de camada, con su madre, y con cualquier animal (incluidos nosotros) con el que tenga contacto. En los perros esto sucede entre las 3 y las 14 semanas y en los gatitos algo antes, y dura unas semanas menos. Esta es la edad en la que los cachorros "saldrían de la madriguera" y conocerían a los miembros de su manada o grupo.
Durante el periodo de socialización, conviene que el cachorro tenga tanto contacto con personas y con otros perros como sea posible. Cuantas más personas, más edades distintas, colores de piel, tamaños y formas de vestir distintas como sea posible, y con perros de distintas razas, tanto adultos como cachorros. Si queremos que el perro tenga buena relación con otras especies animales (gatos, conejos, ovejas, caballos...) fomentaremos su relación durante este periodo.
Este tramo sensible no es rígido, no es que a las 14 semanas ¡se acabó, ya no hago más amigos!. Hay perros que les dura más o menos tiempo, y aunque se haya acabado, esto no quiere decir que ya no haya "marcha atrás" y que el perro no se vaya a llevar bien con lo que no ha conocido en este periodo. Pero sí es verdad que puede ser más complicado, y en algunos casos extremos, de animales que han vivido en aislamiento total hasta la edad adulta, puede ser imposible.
Muchos casos me vienen porque cuando eran pequeños no tuvieron experiencias con niños, o con tráfico, o con personas distintas (de otras etnias, por ejemplo) y ahora les tienen miedo, o se comportan con agresividad. Cuando el perro es adulto, se necesitan horas de terapia, pero cuando es cachorro es fácil y natural.
Si el cachorro crece en un ambiente limitado, sólo con gente, por ejemplo, pero sin perros, puede hacer una socialización primaria hacia la especie con la que ha tenido contacto, y no con la suya. Esto da problemas en la edad adulta, y son perros que típicamente "se creen persona". No quieren tener contacto con otros perros, y prefieren la compañía de humanos, no montan los machos, o no se dejan cruzar las hembras. El problema más frecuente en estos perros es que muerden fuerte, mientras juegan o cuando tienen agresividad, porque la intensidad del mordisco se aprende a controlar con los compañeros de camada o con la madre. Los cachorros criados solo con gatitos, por poner otro ejemplo, no aceptan otros perros como de su misma especie, y no adoptan posturas de comunicación típicas de perro, sino de gato. Los gatos separados al nacer de su madre y criados con biberón pueden tener conductas de juego atípicas, en las que el comportamiento de caza está muy exagerado, y no controlan sus uñas y dientes, "cazando" a sus dueños y produciendo lesiones.
También hay que tener en cuenta que entre las 8 y las 10 semanas pueden pasar una fase de miedos. Los cachorros son más sensibles a los estímulos fuertes, y si las experiencias durante este período no son positivas, se pueden crear traumas difíciles de corregir en el futuro.
Después del periodo de miedo, se abre otra "ventana" para la socialización, hasta los 6-8 meses de edad, el llamado periodo juvenil. Aunque es más débil, y puede costar más trabajo la socialización en esta etapa, es importante no pensar que el trabajo terminó, y seguir presentando novedades, para que el perro "asiente los conocimentos", sobre todo para que practique la comunicación con otros perros, y aprenda a reconocer y a utilizar las señales de calma, por ejemplo.
¿Qué podemos hacer con el cachorro para que socialice bien?
Debemos presentarle a las personas, animales y objetos con los que vaya tener que convivir durante su vida:
- Personas de ambos sexos, adultos, ancianos y niños, personas con bolsas, muletas, cascos, sombreros... de etnias distintas
- Perros de cuantas más razas y tamaños mejor, adultos y cachorros, con los que pueda jugar de una forma positiva
- Objetos cotidianos que puedan asustar: carritos de niños, carros de la compra, bolsas, maletas, paraguas cerrados y abiertos, patines, bicicletas, coches, motos, el camión de la basura...
- Ambientes variados: calles con mucho tráfico, centros comerciales llenos de gente, parques con niños corriendo y gente haciendo deporte.
- Animales distintos con los que quieras que se lleve bien: gatos, conejos, caballos, animales de granja...
Por eso es importante elegir bien el cachorro que se adquiere, porque cuando los adoptamos con 8 semanas gran parte de la socialización ya ha pasado, y si se hicieron las cosas bien, más fácil será para nosotros. Además, según los estudios, la edad óptima para llevarse un cachorro a casa es entre las 7 y las 9 semanas, que ya ha aprendido mucho de su madre y hermanos, y está preparado para conocer una nueva familia/manada.
Pero si no se han hecho las cosas bien, nunca es tarde para empezar. ¡A socializar todo el mundo!
Muy amena la lectura! yo he intentado que mis perras socializen con otros perros en la calle y el parque; sin embargo me resulta complicado confiar en los otros perros. Tengo una pastor y una dalmata, la dalmata muy sensata, pero la pastor tiende a querer jugar y oler de manera muy brusca... supongo que soltandola un poco mas aprendera a ser mas calmada.
ResponderEliminarsaludos!