viernes, 20 de enero de 2012

Amor de perro

¿Me quiere mi perro?
Tenía yo una preciosa entrada preparada ayer, sobre lo bien que dormía mi niña. Y lo gafé. Primero Blogger maldito se comió mis deberes, y se tragó la entrada entera. Luego mi perra empezó con diarrea y hemos tenido que sacarla esta noche cuatro veces a la calle. Y la niña se despertó a las 6:30 de la mañana, llorando, y no se ha vuelto a dormir. Así que ya os contaré cómo hemos conseguido que "duerma del tirón" otro día, que hoy no he dormido nada. ;)

Así que os cuento otra cosa que he estado preparando esta semana, más sesuda. Porque, todos nos enternecemos cuando nuestro perro nos mira con carita adorable, nos pone la cabeza en las rodillas... pero ¿es verdad? ¿tienen los perros la capacidad de amar a otros perros? ¿y a los humanos?

¿Me quiere mi perro?

En Etología, llamamos "apego" al afecto, al amor. Y comportamentalmente, ¿qué es el amor?
Pues es esa atracción de larga duración hacia un sujeto en particular, que se manifiesta con unos comportamientos específicos de afecto dirigidos hacia o realizados en presencia de ese sujeto. Además, el individuo intenta mantener proximidad hacia su sujeto de apego durante un periodo de tiempo prolongado, y si se separan, realiza comportamientos para reencontrarse con él. Vamos, que sentimos afecto por sujetos individuales, y lo demostramos intentando permanecer a su lado el mayor tiempo posible, realizando conductas afectivas hacia el sujeto de nuestro amor (mimos, caricias, atención), y comportándonos de una forma que permita el reencuentro lo más rápido posible si nos separamos (llamándole, corriendo hacia él). Además, realizamos conductas de reencuentro (saludo) específicas y más intensas con nuestro sujeto de apego que hacia cualquier otro individuo.

10 Things I Love Tuesday, La Vie Boston
 Que los dueños muestran conductas de afecto hacia sus perros está demostrado, y además sólo nos hace falta preguntar. Pero, los perros ¿sienten de verdad afecto? ¿cómo podemos saberlo?

Existe un test diseñado específicamente para estudiar el apego en los niños, que se conoce como el Test de Ainsworth. Se coloca a un niño, junto a su cuidador principal (madre o padre, vamos) en una habitación desconocida para el niño. Al cabo de un rato, cuando el niño se ha adaptado a la situación, el cuidador se va, dejando al niño solo.  Esto provoca ansiedad en los niños, que se manifiesta como comportamientos de búsqueda de reencuentro. Estudiando estos comportamientos que realiza el niño al irse su madre, si llora, si la busca, si se dirige hacia la puerta, si juega con otra persona menos conocida... se puede determinar el grado de unión que tiene el niño con su cuidador.

En perros se han llevado a cabo estos tests, con resultados comportamentales muy similares a los recogidos en las pruebas con niños. Los perros dejados solos vocalizan, se dirigen hacia la puerta por donde marchó su dueño, buscan una salida, y aumentan su actividad locomotora. Al regreso del dueño, realizan comportamientos de saludo efusivos y buscan el contacto físico. Creo que esta búsqueda de contacto físico al llegar a casa es una de las razones principales por las que los humanos tenemos perros.


Fisiológicamente, la separación del objeto de apego, en los niños, produce una elevación del cortisol en la sangre, y un aumento de ritmo cardíaco (signos físicos de ansiedad). Esto mismo ocurre en los perros.  Tanto es así, que una patología de ansiedad común en niños, como es la Ansiedad por Separación, es también muy común en los perros, sobre todo en animales recogidos en albergues. La Ansiedad por Separación da para un post ella solita, así que no voy a entrar en más detalles hoy.


Los niveles de estrés por encontrarse solo en un lugar poco familiar pueden ser rebajados por la presencia y las caricias de un humano familiar, pero no por un perro familiar (por eso, introducir un perro nuevo para que haga compañía al primero no es siempre una buena idea). Además, las caricias producen efectos relajantes (emisión de betaendorfinas, oxitocina y prolactina, disminución del ritmo cardíaco) tanto en el perro que las recibe como en el humano que las da.

Así que sí, ¡tu perro te quiere!

Artículo basado (más bien libremente) en:

Topál, J., Miklósi, Á., Gácsi, M., Dóka, A., Pongrácz, P., Kubinyi, E., Virányi, Z., Csányi, V., Brockmann, H. J., Roper, T. J., Naguib, M., Wynne-Edwards, K. E., Mitani, J. C. & Leigh, W. S. 2009. Chapter 3 The Dog as a Model for Understanding Human Social Behavior. In: Advances in the Study of Behavior, pp. 71-116. Academic Press. 




8 comentarios:

  1. Muy interesante Teresa, el respaldo teórico de algo incuestionable :))

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    1. Sí, pero en esta vida ¡hay que cuestionarlo todo! Me parece super bonito que las respuestas fisiológicas sean "calcadas" en perros (y otro animales también) y en humanos, y que estas respuestas las tengan los perros sólo hacia los humanos, y no hacia otros perros.

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  2. Me ha encantado

    Me hubiera gustado algo un poco mas extenso con los distintos tipos de apego según Bowlby, pero al igual que con la ansiedad por separación, también esto da para varias entradas mas :)

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    1. Si es que esto es sólo una pinceladita... ya tendremos tiempo en meternos en más. La de la ansiedad por separación me la dejo a deber.

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  3. No tenía ninguna duda de que Iuna me quiere, pero leerlo así de bien explicado me da la seguridad de que no son imaginaciones mías.
    Iuna pasa sola unas cuantas horas al día (es inevitable, no me la puedo llevar, por desgracia, al cole) y creo que lo lleva bastante bien. He intentado hacer lo que me han aconsejado ("ignorarla" un rato antes de marchar y un rato después de llegar antes de saludarla con algo más que un "hola, Iuna") y parece que funciona. Al menos no rompe nada, no hay pises en casa (alguna vez, pero muy esporádicamente y siempre hay algún tipo de desencadenante), los vecinos me dicen que no la oyen para nada.... Eso sí, el recibimiento que me da cuando ya le hago caso es de lo mejorcito del día.

    Las veces que me la llevo a casa de mis padres de visita y aprovecho para hacer alguna compra, ella se queda bien con mi madre, bien con mi padre (a los dos los queire también con locura) pero es salir yo por la puerta y los saltos que da y los rabazos que recibe quien esté cerca son de órdago.

    Vamos, que me ha encantado tu explicación científica de la alegría de mi peduga.

    Un abrazo, y un mimito para tu peludeta, espero que se mejore rápido.

    P.D.: Ya siento lo largo de mi comentario. Me emociono, me emociono....

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    1. Mi peludilla está mejor, gracias a una sobredosis de macarrones...
      Lo de no hacer caso a Luna cuando te vas a ir, fenomenal, pero a la vuelta es mejor hacerle un poco de caso (por eso de que el contacto físico hace bajar la ansiedad). Así que viene bien agacharse, y acariciar al perro, eso sí, en tono tranquilo. Y cortito, 2-3 segundos. Vamos, saludar sin "hacer un mundo". Eso de ignorar al volver, cada vez me parece más raro. Si mi marido llega, y me ignora 10 minutos, más que relajarme lo que haría yo sería cogerme un cabreo... no digo más

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    2. Cuando entro en casa suelo saludarla con un sencillo "hola Iuna". Si coincide que está "a mano" (que suele estarlo) la caricia es fácil, pero nada más. Ella da un par de vueltas a mi alrededor y cuando ve que no vuelvo a marcharme sino que me pongo a hacer cosas por casa o me siento en el sillón, entonces se va a su camita en el salón y se tumba. Cuando la veo ya tranquila es cuando van los mimitos y las rascadas de barriga.
      Es que al principio, antes de hacerlo así, no podía ni ir al baño, porque la tenía llí, pegadica a mí y era imposible hacer nada sin tropezar con ella....

      Ale, mejor dejo el tema que me puede. Voy a ver si la lavadora ha terminado, que es día de coladas :-D

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  4. Mi perra me quiere, su corazón es tan grande que ama a todos en casa (4), incluso llora cuando siente que llegan familaires, quieres verlos, olerlos, lamerlos un poco y luego retirarse.
    Recuerdo cuando ella se hacía pipi de alegría y luego se ponía de espaldas mostrando su guata cuando veía a mi mamá.
    Son increíbles estos seres, su amor lo demuestran transparentemente.
    Saludos.

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