miércoles, 23 de octubre de 2013
Saber cuando decir adiós
Sabéis que este verano lo hemos pasado mal, con la pobre Tosca. Y es que es muy difícil tomar la decisión de ayudar a un perro a morir. ¿Cómo sabes cuando es el momento de decir adiós?
He pensado que escribir este post ayudaría a otras personas en mi situación, a aclarar su mente y tomar una decisión con menos angustia.
Lo primero es la razón que nos lleva a ello. Normalmente se eutanasia a un perro por alguna de estas razones: enfermedad terminal, estado crítico, falta extrema de calidad de vida, enfermedad irreversible por razones de salud o económicas del dueño, o por problemas de comportamiento. Los problemas de comportamiento los voy a dejar para otro post, que ya suficientemente complicado va a ser éste.
Cuando tenemos un perrito que está muy mal, y está sufriendo, muchas veces es casi fácil tomar la decisión. Tras un atropello, o una cirugía complicada, estados epilépticos... Pero ¿y cuando el perro lleva una vida limitada pero más o menos normal?
Bueno, a veces simplemente "lo sabes". Tu intuición y tu empatía te dicen que hasta aquí, que el perro ya no quiere vivir, o no tiene calidad de vida. Pero algunos necesitamos datos más objetivos para decidirnos. Dicen que si es así, viene bien hacer una lista de las cinco cosas que más le gustaban hacer a tu perro, y valorar cuántas puede seguir haciendo. Comer, saltar, salir de paseo, olfatear... pueden ser éstas cosas, o alguna otra. Para mí, cuando Tosca, en un mismo día, no quiso salir de su cama, no quiso comer, y no salió a recibirme cuando volví de salir a hacer un recado... fueron mi "señal de alarma".
Un perro viejo puede pasarse casi todo el día tumbado, pero aun así tiene pequeños picos de actividad que le "alegran el día". Y si ya no tiene ninguno de ellos, me parece que es hora de tomar decisiones.
Yo tengo la suerte (o no) de ser veterinaria, y poder encargarme del hecho yo misma. Pusimos a la perrita en una colchoneta en el jardín, y lo hicimos allí mismo, con ella entre los brazos. Para los que no tengáis esta opción, os cuento cómo se suele hacer.
Lo primero es hablar con el veterinario. Supongo que para cuando llegue el momento, el veterinario ya habrá tratado a tu perro anteriormente y también puede ayudarte a tomar la decisión. Antes de nada, te hará firmar un papel de autorización de eutanasia, y de la decisión para la recogida del cuerpo.
Puedes pedirle que lo haga en tu domicilio, o si en esa clínica no hacen visitas domiciliarias, pedir que te remita a alguien que sí que lo haga, si lo preferís así. Si lo haces en la clínica, también tienes la opción de quedarte mientras se hace, o salir de la habitación. Esta decisión es sumamente personal, y nadie la puede tomar por tí.
También ten en cuenta que a veces no hay que tomar la decisión y hacerlo en el mismo día. Puedes pedir la cita para unos días después, para despedirte con calma. Dar un paseo largo, alimentar a base de caprichos insanos unos días, aprovechar para pasar una tarde de masaje en un sofá... solo tú puedes saber si eso va ayudarte a asumir la pérdida, o si va a ser mejor hacerlo rápidamente una vez la decisión está tomada. Yo me pasé una semana dando caprichos de comida especiales y haciendo fotos a Tosca, pasando mucho rato en el sofá junto a ella. Cada uno se despide a su manera.
Una vez estás con el veterinario, lo más habitual es ponerle a un perro un sedante suave, pinchado intramuscular. Cuando el perro está tranquilo, medio dormido, se le pone una vía en una de las patas delanteras. La vía no duele. Entonces normalmente te dejan un ratito con el perro, y luego se le pone, por la vía, un anestésico potente. Es un barbitúrico, que se usaba habitualmente en las anestesias. El perro no sufre ningún tipo de dolor, sino que se va quedando dormido hasta que pierde la consciencia. Entonces se sube la dosis de ese mismo anestésico, que a dosis elevada para el corazón.
En el perro no se suele ver ningún tipo de reacción, nada más que una relajación progresiva, hasta que deja de respirar y de moverse. Entonces el veterinario lo auscultará, o le conectará a un monitor cardíaco, para verificar la muerte. Y ya está.
Nosotros elegimos enterrar a Tosca en un rincón del jardín, pero eso (aparte de no muy legal, en realidad) no es una opción para todo el mundo. Lo más frecuente es que la clínica se haga cargo del cuerpo. Se llama a una empresa especializada, y se puede elegir si se prefiere que lo entierren o que lo incineren, de forma colectiva o individual. Hay cementerios para perros, sí, aunque son muy caros. Si no puedes hacer ese desembolso, pero te da cosa "abandonar" el cuerpo de esa forma, la incineración individual es una buena opción. Al cabo de unos días te devuelven las cenizas en una cajita, y así puedes enterrarlas en algún sitio que tenga especial significado para vosotros.
Llora lo que tengas que llorar, y deja que tus familiares y tus niños lloren. Es un perro, pero ha formado parte de tu familia, algunos muchísimos años, para tus hijos probablemente toda su vida. No te cortes en llorar en el veterinario. Lo comprenden perfectamente. (Si el veterinario sale de la habitación, muchas veces es por no llorar delante de tí. Sí, les cogemos mucho cariño a nuestros pacientes, y siempre es duro decirles adiós.)
Si tienes niños, ofréceles despedirse, y no les cortes cuando lloren. Pero tampoco les fuerces. Responde a sus preguntas lo más sencillamente que puedas, según tus creencias o las de tu familia. Y respóndelas todas las veces que haga falta, que los niños muchas veces necesitan un tiempo para procesar la información, y más para procesar la pérdida.
Y date tiempo. Aunque sea un perro, y te parezca una tontería. Haz tu duelo como lo necesites. Espera para coger otro perro, si así lo habéis decidido. Si coges otro perro demasiado seguido, la sombra del primero le perseguirá toda su vida. Espera un mes o dos, y luego decide con la cabeza fría.
Y sí, aunque pase el tiempo, no te sorprendas cuando de repente te pongas triste porque...
¿Qué hago yo ahora con el fondo del yogur?
¿Por qué tengo los pies fríos en el sofá?
¿Qué hago yo ahora a las 9 de la noche, la hora de salir a pasear?
¿Quién limpia los restos de debajo de la trona?
Pero sobre todo...
... ese vacío cuando abres la puerta de casa, y nadie sale tembloroso a saludarte como si hiciera un mes que faltas de su vida...
... seguimos en proceso, y menos mal que tengo a Marco y a Mí...
Las maravillosas fotos no son mías, son de Nancy Levine, de su trabajo "Senior dogs across America". Pinchad y disfrutad.
Teresa Marías www.psicologiaveterinaria.es
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Muchisimas gracias por esta entrada. Se que me queda poco tiempo para disfrutar de mi perra. Pastor alemán de 11 años y medio. Ha tenido y, de momento, tiene una buena calidad de vida. De la cadera, aunque le duele un poco, va bastante bien para su edad, pero tiene tumores. Sus dos padres murieron con tumores y ella ha sobrevivido más años porque se los hemos extirpado. Tras un año con 3 intervenciones, volvieron a aparecer en las mamas hace algo más de un año y decidimos que no más. A su edad no la podíamos andar operando tan alegremente porque cada vez sufría más. Desde entonces intentamos controlarla para que no sufra y aunque aparentemente está muy bien ya no es la misma. Se va apagando por momentos y tengo un miedo terrible a que llegue el momento de decir adios a mi chiquitina. Aunque temo más que muera mientras está sola, por ello rezo porque pueda tomar la decisión yo y poder acompañarla hasta el final dandole todos los mimos que pueda. Sobre todo, que no sufra ni sienta miedo.
ResponderEliminarYo también tenía ese miedo, el que se muriera sin estar yo... mímala todo lo posible el tiempo que os queda juntas, y seguro que acertaréis con la decisión. Y para mí eso es también lo más importante, que ni sufra ni sienta miedo.
EliminarUn beso!
Muchas gracias!
EliminarBuenísimo post Tere.
ResponderEliminarGracias Lourdes, un beso!
EliminarQue bien lo has explicado todo... yo tengo la mala experiencia de haber tenido que tomar esa decisión, de pasar por todo lo que has contado... y es muy duro. Yo me quedé con ella hasta que dejó de respirar... y es muy duro... aun me salen las lagrimas y hace un montón de tiempo... pero es dificil olvidar ese sentimiento...
ResponderEliminarLo has explicado perfecto, tanto los temas veterinarios como los personales, que mas de uno no los entiende y encima de encontrarte hecha polvo tienes que aguantar comentarios... Mil gracias.
Gracias Irene, es muy duro, pero con lo que viven los perros, pues es lo que hay. Pero también doy gracias de poder ayudarles a morir dignamente y sin sufrir, que ya es algo.
EliminarLos comentarios de la gente, uff. Hay personas que no tienen sensibilidad, y otras que nunca han tenido un perro y no lo entienden.
Un beso!
Lo has explicado muy bien, yo también se lo explico así a mis clientes, para que sepan lo que va a suceder y puedan elegir cómo llevar el proceso...Es una decisión muy dura, mucho, incluso para nosotros cuando somos los dueños...
ResponderEliminarUn besote.
Para mí es muy importante que mis clientes entiendan todos los pasos, y que los animales no sufren nada durante el proceso.
EliminarPero creo que son los momentos más duros que se viven en este trabajo, como dueño pero también como profesional. Un beso!
A mí me pedían que me fuese de la clínica para no "sufrir", pero cuando me metí en el coche sollozando, decidí inmediatamente que quería estar con ella, después de tantos años juntas. Así que entré y la estuve acariciando hasta que dejó de respirar. Fue la mejor decisión que podía haber tomado y estoy agradecida por haber estado allí junto a ella. No haber estado presente me hubiera causado tremendo dolor el resto de mi vida. Estar allí calmó y sanó una parte ineludible de nuestra existencia. Gracias por el post.
ResponderEliminarEso de "no sufrir" es una tontería. ¿Cómo no vas a sufrir? A mi me parece que es mejor estar, pero es una decisión realmente personal, y entiendo que haya personas que no se sientan capaces de presenciarlo.
EliminarDepende de cómo seas, supongo, pero yo desde luego tenía que estar allí, con perrita, dándole mi amor hasta el último momento.
Gracias por todo, un beso enorme!
He acompañado a bastantes en protectora y pienso igual que vosotras. Para mí que no se sientan solos en la adversidad es primordial, soy de los que tienen que echar de la clínica porque se ha acabado la hora de visita y clamo por poder dormir junto a mi perro cuando está hospitalizado pues es cuando más me necesita.
ResponderEliminarEsa es una de las razones por las que el trabajo en protectoras es tan duro. Son demasiados. Yo en la clínica tengo la política de que si pueden estar 8 horas sin suero, se pueden ir a casa, y menos los más sumamente graves, casi todos duermen con su familia, que es donde mejor (y mejor vigilados) están.
EliminarUn beso!
Yo salí de la clínica cuando ambos (Bas y Oso) ya estaban totalmente dormidos. En el caso de Oso volví a entrar a por el cuerpo porque en Egipto no incineran y te tienes que encargar tu de enterrarlo donde consideres (está cerca de las pirámides de Giza).
ResponderEliminarCon Bas pasaron 4 días desde la decisión hasta que lo hicimos (finde en medio) y hice lo que tu comentas, llevármela a un parque. Se pasó 2 horas en el mismo metro cuadrado, sin hacer caso a ningún perro y casi a ninguna persona. En ese momento tuve claro que estaba haciendo bien, ella ya no tenía interés en vivir, y fue la despedida más digna que se le pudo dar.
Gracias por este post. Besos!
Aquí en teoría no puedes disponer del cuerpo por motivos sanitarios... pero la verdad es que se hace bastante la vista gorda, sobre todo si el dueño dice que lo va a enterrar en su propio jardín.
EliminarEs duro, pero muchas veces ves claro que ellos ya no tienen una vida, que ya lo han dado por perdido y están dispuestos a irse. He visto muchas miradas de alivio...
Un beso fuerte, que tú debes estar de duelo todavía también.
Excelente post.
ResponderEliminar:)
Gracias David!
EliminarAún no he tenido que pasar por algo así y espero tardar mucho en verme en la tesitura de decidir. Y a pesar de no haber pasado por ello estoy con la lagrimica y el moquillo colgando.
ResponderEliminarGracias por la entrada, Teresa.
Un abrazo muy gordo.
Un abrazo Susana, y no me llores, que las hormonas de la lactancia son muy malas!
EliminarA moco tendido e hipando me tienes con este post, yo hace 5 años tuve q sacrificar a mi perra de 16 años y a mi gato de 15 con una diferencia de 11 meses, suerte q mi veterinaria q es para mi la mejor del mundo (se llama tb Teresa) y vino a casa a dormir a mi gatito, con la perra no pude hacerlo pues tuvo un ataque al corazón, la lleve corriendo a la consulta pero ya no se pudo hacer nada... Tuve un bajón tremendo y lo pase fatal, pero aunq dije q no tendría más al año tenía 2 perros, dos gatos y una bebe!!! Soy muy feliz con mi familia, pero me faltarán siempre...
ResponderEliminarSiempre pienso q nuestros "pequeños" deberían vivir lo q nosotros, verdad?
Me ha gustado mucho el post a pesar de haberme removido, gracias.
Silvia
Hola Silvia,
Eliminarla verdad es que uno piensa que ha superado las cosas, pero... cosas así son difíciles de superar. Un abrazo!
Jo! Qué duro lo que cuentas. Nosotros lo hemos vivido en casa, pero hacerlo tú mismo ... Qué coraje!
ResponderEliminarPues será que soy una maníaca del control, pero me parecía menos duro que dejársela a otra persona. Así estaba completamente segura de que estábamos las dos preparadas, y lo pude hacer con toda la tranquilidad del mundo, sin estar sintiendo prisa porque tuvieran que cerrar, o irse... y eso que varias amigas se ofrecieron...
EliminarPero no, tenía que hacerlo yo. Y poder despedirme y llorar mi rato sin tener que pensar en ninguna otra cosa.
Un beso!
Eres grande Teresa, no todos podemos explicarlo como has hecho. Yo ya sabes, en dos meses se han ido dos amigos, paco y pepe y aun no estoy preparado para poder escribir como hacer una buena despedida, quizás porque aun me estoy despidiendo de ellos. Lo que sí se es que siempre estarán en la memoria en mi familia y nunca pasarán al olvido. Esther va a hacer un cuento con historias de Pepe y Paco para leer a nuestros hijos, me parece una buena idea y un ejemplo para nuestros hijos que sepan que los personajes que han oido siempre de niños fueron un día amigos nuestros. Todavia me es dificil pensar en ello...
ResponderEliminarGracias, majo. A mí todavía me cuesta, y ya han pasado varios meses... Lo del cuento me parece una idea fenomenal. Yo a Pollito le pongo las fotos de Tosca de vez en cuando, para que no se olvide. Y a Gatito también se las tendremos que enseñar... Espero que Marco nos dure más, y no tengamos que enseñar las fotos. Un abrazo fuerte!!
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